Opinión

Ella

No puedo ni imaginarme lo que estará pensando. Qué cruzará su mente, qué escalofrío recorrerá su piel, cuántas palpitaciones golpearán sus sienes y cuántos latidos de más estarán agitando su corazón. Ella es la protagonista real de todo, el centro de todas las conversaciones, el foco de encendidos debates, el blanco de todos los gritos y los lemas que recorren calles en su nombre. No sé cómo suena su voz, no sé su nombre, no sé cómo miran sus ojos ni lo que refleja hoy su mirada.

Solo sé cómo suena su historia porque todos la hemos contado, porque todos tenemos una opinión, todos tenemos claro lo que debe hacer, lo que debió hacer y lo que se debería hacer. Su historia está en boca de todos, pero no en la suya. Sabemos cómo claman otras voces pero no la suya. Desconozco qué pensará de la semántica que diferencia entre abuso, agresión y violación, qué reflexionará sobre la verdad judicial, el código penal, los abogados defensores, las valoraciones del juez discordante,...; un ejército de locos guiando a un ciego al más puro estilo shakesperiano, eso debe parecerle.

Es complicado saber qué estará pensando. Igual de complejo que saber lo que sufrió para que ahora venga la semántica jurídica y la interpretación judicial a violarle el alma como la Manada le ultrajó el cuerpo. La imagino como una porción de aire encerrada en una película de agua y jabón, aquella que dibujaba Schopenhauer cuando definía la vida como una pompa de jabón que inflamos lo máximo posible, con la certidumbre de que acabará explotando. Espero que Ella no explote. El resto, ya ha explotado.