Opinión

El que avisa no es traidor

Pierre Moscovici, comisario europeo de Economía, y la Comisión Europea que preside Junckers, miran con buenos ojos a España. Necesitan que la cuarta economía del euro vaya bien y facilitarán las cosas. Sin embargo, la subida de las pensiones, arrancada por el PNV a Rajoy para hacer posibles los Presupuestos, no gusta en Bruselas. Tampoco el aumento salarial a los funcionarios y el rescate de las autopistas. En otros tiempos, hubiera habido más que un tirón de orejas. Ahora todo queda en una advertencia, que puede ir a más, lo que significaría nuevas medidas de ajuste, es decir, impopulares.

Moscovici y la Comisión Europea, además, se curan en salud. Luis de Guindos, que está a punto de iniciar su mudanza a Frankfurt en donde se instalará como vicepresidente del Banco Central Europeo, se guardaba todos los años una carta en la manga para negociar con Bruselas. Guindos, cuando le reprochaban que España no cumplía el déficit, alegaba que el país crecería más de lo previsto y que eso facilitaría cumplir los pactado. Ahora, la Comisión Europea es quien se adelanta y mejora las previsiones de la economía española. Un espaldarazo al Gobierno de Rajoy, pero Román Escolano, sucesor de Guindos, se queda sin la baza de sorprender, aunque el mismo Moscovici diga que «con España nunca sabemos, siempre hay sorpresas, en general positivas».

La Comisión Europea advierte que España, con los nuevos gastos aprobados, superará el déficit previsto en 4 o 5 décimas. Es el precio que paga Rajoy para aprobar los Presupuestos, además del coste de verse obligado a «decir digo donde dije Diego», ante el órdago del PNV con las pensiones. Todos sus rivales, sobre todo Sánchez e Iglesias, se lo refrotarán el resto de la legislatura. Rivera también, aunque ahora viva en el Nirvana de las encuestas favorables.

España necesita el plácet de la Comisión Europea porque debe financiar la deuda y el déficit y fuera de la Unión Europea no hay vida, ni más dinero para funcionarios, ni pensiones, ni para nada. Europa, con una sonrisa en la cara, advierte sobre la alegría con el gasto, que la oposición exige que sea mucho mayor. Recomienda además hacer hucha para los tiempos difíciles, que volverán. Y entonces, si no ha habido previsión, el hachazo sobre las pensiones, los salarios y los servicios sociales será dramático y lo más probable es que no esté Rajoy para echarle la culpa. El que avisa no es traidor. Europa lo ha hecho.