Opinión

Rajoy, Rivera y Torra, más tensión

Mariano Rajoy quería que hubiera Gobierno catalán cuanto antes, pero no esperaba que Puigdemont eligiera a alguien, «tremendamente sectario, pero muy culto y con el que es dífícil hablar porque se coloca en un plano de superioridad» –lo dicen hasta sus familiares– como Quim Torra. El inquilino apostaba por Elsa Artadi o alguien con un perfil similar para presidir la Generalitat y que, con el 155 de retirada, abriera un periodo de cierta tranquilidad, apuntan ministros de Rajoy. Añaden que Rivera podía tener indicios de las intenciones de Puigdemont y que por eso anunció que retiraba el apoyo al Gobierno en Cataluña. El presidente lo calificaba de «aprovechategui» aunque, al día, siguiente rebajaba el listón al explicarle a Susanna Griso en A3TV, que un debate de dos minutos tampoco es para tanto. Un día más tarde, también Rivera matizaba todo.

La tensión Rajoy-Rivera, PP-C's, «este rayo que ni cesa ni se agota» (Miguel Hernández), se mantendrá hasta el final de la legislatura. Rivera y los suyos admiten que no tienen prisa y contemplan elecciones generales en otoño de 2019. Intentan consolidar en el electorado la idea de que tienen un proyecto para España, con su firmeza en Cataluña como ariete. «El Gobierno -sugieren– siempre ha estado incómodo con el 155 y lo ha aplicado insuficiente y deficientemente.»

La estrategia de Rivera y C's escuece en la dirección popular, admiten que están condenados a entenderse. Rajoy y Rivera, sin embargo, no hablan desde hace más de tres meses, ni de Cataluña, ni de casi nada, y nadie de C's ha tratado nada de esto con Soraya Sáenz de Santamaría desde antes de Navidad. La tensión que no cesa, ahora con nuevo actor, Torra, que fue de Unió , y ahora es independentista, hace dudar a la CUP por un pasado en teoría liberal.