Opinión

Bobada rosa

El presentador de concursos Jesús Vázquez no entiende que haya gays que voten al Partido Popular. Le asombra. Se siente amenazado por la pérdida de sus derechos. Para mí, que el benéfico presentador ignora que el Partido Popular es el que tiene, entre sus dirigentes, mayor número de gays. Decir que no se entiende que los gays voten al PP es como manifestar escándalo porque voten a partidos de izquierdas los bajitos con bigote, o a la derecha los barbudos. Conozco a muchos gays que votan a la derecha, y ahí siguen, igual de gays y tan felices como siempre. Y también a barbudos que votan al PP y Ciudadanos, y a bajitos con bigote que se desviven –con anterioridad al episodio del chalé–, por Pablo Iglesias. «Los gordos no son dignos de votar al PSOE», y ahí queda eso.

En el mundo gay se advierte un desconcierto local, nacional a internacional. Jesús Vázquez vive en Madrid, y probablemente frecuenta el barrio de Chueca, que es la zona preferida de los gays para reunirse, tomar copas o simplemente hablar con un amigo. Poca capacidad de informarse tiene el presentador. En las elecciones madrileñas, tanto a la Comunidad como al Ayuntamiento, el barrio de Chueca ha sido uno de los más fecundos viveros de votos a favor del Partido Popular, alcanzando en algunas citas electorales el 80% de las papeletas soberana y libremente depositadas en las urnas. Sucede que Vázquez no le tiene simpatía al Partido Popular, y es muy libre de reconocer públicamente sus animadversiones políticas e ideológicas. Pero creo que Vázquez está en la obligación, como conductor de concursos y pasatiempos audiovisuales, de informarse con mayor precisión y abundancia de datos al respecto.

En Israel, la primera frontera de Europa con el siglo XII, la homosexualidad está plenamente respetada y reconocida. No así en las naciones árabes de su entorno. Un homosexual judío tiene los mismos derechos que un heterosexual, y no se ve obligado, como en los Estados colindantes, a ocultar sus impulsos y preferencias. De ahí que resulte extraño que los organizadores del «Orgullo Gay» de Madrid, no inviten jamás a los homosexuales israelíes, que son los primeros en defender a los homosexuales occidentales, y apoyen en cambio sin disimulo a las naciones que condenan y ejecutan a los gays por el hecho de serlo. En la Revolución Cubana, el «Che Guevara» reconoció haber fusilado personalmente a compañeros de armas «porque eran maricones de mierda». Y el «Ché» es el ídolo estampado en muchas camisetas usadas con orgullo por los homosexuales de los países libres. Fidel Castro, Chávez y Maduro han despreciado públicamente a los gays. Y el boliviano bolivariano Evo Morales, en un memorable discurso dietético-científico aseguró con orgullo que en Bolivia no existían los homosexuales porque «esa condición» sólo se produce con la alimentación y los productos conservantes de los países capitalistas y occidentales. Y puedo asegurar a Jesús Vázquez que ni Evo Morales, ni el «Ché», ni los Castro, ni Chávez, ni Maduro, ni los ayatholas, ni los dirigentes islámicos tienen o han tenido conexiones fraternales con el Partido Popular.

Pablo el del chalé ha estado financiado durante años –La Tuerka–, por los iraníes. Invito al presentador que viaje a Teherán, y contemple como en una de sus más importantes plazas, de las grúas cuelgan los cuerpos sin vida de homosexuales, condenados a la horca sin juicio ni derecho a la defensa. Sólo por el hecho de serlo, son ahorcados y mantenidos sus cuerpos sin vida durante horas para recordar a los curiosos lo que no pueden ser.

No presupongo que Vázquez sea votante de Podemos. Pero si se diera el caso, sería justo y adecuado opinar que no cabe en cabeza humana que un gay vote a los podemitas. El PP tiene muchos defectos y sombras, pero no sólo no ahorca a los homosexuales sino que les encomienda la responsabilidad de dirigir en su partido. De la horca al despacho media largo trecho.