Opinión

Los ángeles de paja de Pedro Sánchez

Pedro Sánchez, de repente, abrió la caja de Pandora. Rajoy, ocurra lo que ocurra en la moción de censura, no se lo perdonará. Negociaban quién mandará en el Banco de España, en el Defensor del Pueblo y en Televisión Española. Sánchez esperaba influir en la elección del presidente. El inquilino de la Moncloa le desengañó. Otra cosa era la dirección de informativos. Eran los mimbres de la pinza a Ciudadanos. Rivera incomoda a populares y a socialistas. Todo cambió en un instante. El PSOE estaba desaparecido y alguien creyó que la sentencia de Gürtel era una oportunidad. El PNV de Urkullu y Ortúzar decide y los vascos solo miran por ellos. La pareja Iglesias-Montero, tras la consulta a las bases, son las comparsas del chalet de Galapagar. Arriola repasa la táctica asiática de aquel Gobierno de la República que describió Josep Pla: «Lo que pasa es lo mejor que puede pasar; es decir, es inevitable». En el PP, muchos discrepan, pero tampoco importa. El adversario común siempre es argamasa perfecta para el cierre de filas. Rivera puede salir damnificado del enredo. Sánchez, si fracasa, volverá al submundo. El bipartidismo está tocado, pero es un coloso herido. Quizá perezca, pero luchará y habrá víctimas. Rosa Díez, la mujer que inventó un partido porque no pudo mandar en el PSOE, ya sucumbió. Tal vez no sea la única. Rivera está preocupado.

–«¿Esto no va demasiado revuelto?», pregunta uno de los personajes de «Madera de Boj», la última gran novela de Cela.

–«No, esto no va más que algo revuelto».

El catalán Pere Gimferrer, el mayor poeta español vivo –en castellano y catalán–, en «Parlamentarismo 2016», resumía aquel bloqueo político cuya repetición se anuncia: «La mona de Tetuán, el aire rojo/la noche de los ángeles de sin voz». No es fácil, pero ahí está. El lector debe saber que «la mona de Tetuán» viene de unos versos de Calderón. Una forma de señalar a quienes hablan mucho para no decir nada. El bardo, en el mismo libro, «No en mis días», insiste: «Hoy las camisas negras van plisadas./Un maestral del Ventennio está arando Europa». Actualidad rabiosa. El Ventennio fue el mandato de Mussolini (1923-1943), añorado por los nuevos populistas italanos. Demagogia rancia disfrazada de modernidad, de derechas y de izquierdas. Gimferrer, además, condensó en dos versos la defenestración de Sánchez de 2016. Fue «la guerra del los ángeles de paja/desatada en plena oscuridad». Ahora, puede volver a perderla.

–«¿Esto no va demasiado revuelto?» insiste el personaje de Cela.

–«Como la vida misma», le responde otro.