Opinión

«Cutre» error involuntario

Hace sólo unas horas me tocó informar de un hecho absolutamente grimoso: una turista británica acude con fuertes dolores genitales a unas urgencias de Tenerife, tras una fiesta. De la vagina le extraen una tortuga muerta, sin que la paciente sepa cómo ese ser vivo acabó en su íntimo orificio. «Error involuntario», así lo llamó la chica. Ha tenido suerte, puede contarlo. No así otros compatriotas suyos, aficionados a romperse la vida, practicando «balconing». Otros, más espabilados, pretenden hacer caja a costa de los hoteles españoles que les alojan, denunciando falsas intoxicaciones alimentarias en esos establecimientos. Una piensa que ya no le queda capacidad de sorpresa... ¡Falso! Ni siquiera en lo político puedes relajarte. Ahora que se ha puesto de moda adelgazar trayectorias profesionales leo que, a pesar de lo que reflejaba siempre su currículum, Carles Puigdemont sólo acabó el Bachillerato. Si sometemos a toda nuestra clase política a la prueba del algodón académico no dejamos títere con cabeza, empezando por el presidente del Gobierno. Su tesis doctoral bajo sospecha deberá explicarla en el Senado, próximamente en sus pantallas, pero ahora el nudo del «thriller» nos lleva hasta el libro posterior a su tesis, escrito entre Sánchez y un señor mudo hasta la fecha, llamado Carlos Ocaña. Qué decir ante una obra que incluye parrafos enteros copiados, erratas includas, del discurso de una tercera persona. Pedro Sánchez responde que todo es fruto de un error que se subsanará en próximas ediciones del ejemplar (a este paso, lo convertimos en bestseller).

Que Adriana Lastra le haya quitado hierro al asunto con tanta ligereza, simplemente me fascina («¿300 o 500 palabras no entrecomilladas es plagio? Anda, por favor», comentó.)

Que Pablo iglesias califique en público de «cutre» el libro del presidente y reclame más datos al respecto supone, como poco, un punto de inflexión inédito hasta ahora en Unidos Podemos, socio y vicepresidente simbólico de este Gobierno. Que Iglesias avise también de que su partido no apoyará la reforma para suprimir aforamientos si ese texto excluye a la Monarquía implica, por si alguien aún lo dudaba, que los presupuestos generales del Estado seguirán encallados. No hay argucias que valgan en este disparatado contexto. A Pedro Sánchez le van dejando solo. «Error involuntario», dicen en la Moncloa. «Cutre», en la casa de al lado.