Opinión

Acaba de empezar

Todavía es pronto para apreciar la confrontación que existe entre los Estados en el ámbito comercial y que, en realidad, tendrá numerosas consecuencias políticas. La deriva de EE UU hacia el proteccionismo tiene una sólida respuesta por parte de países, como China, que careciendo de un régimen democrático, sin embargo, apuestan decididamente por el libre comercio. El camino emprendido por el presidente norteamericano no tiene definido un destino y es probable que tenga resultados negativos para la sociedad estadounidense. Se dice, pero aún pocos se lo creen, que el poder de China será determinante en los próximos años.

Desde luego, la política exterior china está haciendo todo lo posible para que sea así. Su penetración en América Latina así lo atestigua y, además, Pekín comprende bien el reparto que se está produciendo en la escena internacional. En la actualidad, lo que prima es el libre comercio, y esto es el futuro, aunque las posturas nacionalistas se empeñen en negarlo. En poco tiempo, EE UU tendrán cada vez menos margen de maniobra para actuar en las relaciones internacionales y éstas, infortunadamente, no son altruistas sino descarnadas. El alejamiento de Europa, muchas veces artificial, protagonizado por Donald Trump supone un grave error en política exterior.

En poco tiempo, será difícil recomponer relaciones y EE UU no encontrará la respuesta que pudo esperar de sus socios tradicionales. El cambio acaba de empezar y la «guerra comercial» es sólo un aviso de lo que se avecina.