Opinión
Miedo no, al contrario
Rosalía y su «trá-trá» bajo el banderón de España calentaron esta semana la noche madrileña. Yo la degusté vía streaming, gracias a la web de este periódico. A mí su voz ya me emocionó profundamente la primera vez que me la dieron a escuchar. Gracias, Gonzalo Del Prado, por aquel regalo. Darme de beber Rosalía cuando ella aún era una exótica promesa fue como ofrecerme, en primicia, asiento en la primera grada de su mejor concierto. Rosalía, gitana y catalana y viceversa. Rosalía, talento y dulzura vocal. Rosalía transgresora, trap y milagro feliz del nuevo flamenco. Rosalía, insolentemente joven, seguro que se crió en la cultura Halloween.
Te escribo desde un avión. Esta vez, por suerte, no viajo con Ryanair, así que me libro de pagar a regañadientes la maleta de mano. Puente clásico, en compañía clásica a un destino clásico, calidad triple A. Es curioso, con mi hijo al lado desaparece mi miedo reptiliano al aparato volador y a los eventuales desastres que, inevitablemente, evoco cada vez que me abrocho el cinturón de seguridad. Con él al lado se me difumina toda preocupación.
Nunca visitamos cementerios, lo que no significa que hayamos olvidado a nuestros seres queridos. En vez de difuntos, él –lo mismo que Rosalía– piensa en modo Halloween y me comenta con sorna el vídeo del PP que vimos hace un rato, en la tele. Es de lo poquísimo que ambos recordamos del informativo, enfrascada yo –entretanto– en un libro y él, cómo no, en un videojuego.
Buena jugada del PP, aprovechando la fiesta más tenebrosa del calendario para publicar un trabajo «Poltergeist» que le asegura el titular viral y el mensaje crítico hacia las políticas de PSOE y Podemos. Pablo Iglesias, Zapatero y Pedro Sánchez aparecen en el vídeo pero no dan miedo, no. Al contrario. Miedo da el precio del carburante para celebrar el puente (un 15% más caro que el año pasado), miedo da saberte grabada por Villarejo (no es mi caso), constatar que se forman más colas a las puertas del Valle de los Caídos que del Museo Del Prado, ser testigo del crecimiento de la ultraderecha o de la locura alcista de Puigdemont y sus aliados. Miedo da, seguro, asistir a la danza regional del mantón de Manila. Miedo no... Al contrario.
✕
Accede a tu cuenta para comentar