Opinión
'Blockchain' para comprar arte en pequeñas cuotas
Por Ricardo Segura (EFE)
Un cuadro de Kandinsky se sitúa a la vanguardia de una nueva forma de invertir en grandes obras artísticas: su fraccionamiento en ‘tokens’ o unidades de valor digitales más pequeñas, que son accesible para pequeños inversores y el público en general.
Wassily Kandinsky (1866-1944) un pintor ruso precursor del arte abstracto, no se podría imaginar que en pleno siglo XXI, uno de sus cuadros sería el precursor de una nueva forma de financiación y comercio de arte, denominada tokenización o fragmentación de su valor en tokens o pequeñas unidades digitales que son comercializables.
Uno de los cuadros de principios del siglo XX pintados por Kandinsky, denominado S/T (Paisaje de ciudad desde el bosque), perteneciente a una colección privada y tasado en 2.782.920 euros (unos 3 millones de dólares), ha sido tokenizado por Token Develop (TD), una consultoría internacional que ejecuta proyectos en blockchain, en colaboración con tasadores y peritos de arte.
La tecnología blockchain (cadena de bloques, en inglés), en la que se sustenta la moneda virtual bitcoin, es una base de datos distribuida en una red digital que funciona como un libro de contabilidad inmodificable y compartido donde se anotan distintas transacciones, desde contratos hasta escrituras y pagos.
“La tokenización permite que cualquier persona de diferente nivel económico puede ser poseedor de un fragmento de una obra de arte. El objetivo final es que su valor aumente y ofrezca una rentabilidad a los propietarios de la pintura”, explica a Efe Alberto Ruiz, del Departamento de Comunicación de TD.
Existen diferentes tipos de activos, como los metales preciosos, los inmuebles y las obras de arte, los cuales se revalorizan con el tiempo. Pero no todas las personas están capacitadas para invertir en ellos o adquirir el activo en su totalidad, entre otros motivos por falta de capital o experiencia, según el equipo TD.
Añade que el inversor medio no posee mucho arte en su cartera de inversión porque las barreras de entrada son demasiado altas.
La gran mayoría de las personas no tiene dinero para invertir en obras de arte, ubicadas en conocidas galerías o vendidas en subastas, ni tienen tiempo ni el conocimiento para detectar potenciales artistas o evaluar qué obras comprar, según TD.
“Pero ahora gracias a las redes blockchain todo el mundo tiene la oportunidad de invertir desde cualquier parte del mundo en un activo convertible en fichas o tokens”, apuntan.
“La tokenización del arte puede cambiar la dinámica de la inversión y, de hecho, ya es posible convertir un cuadro de Kandinsky en un token, un valor accesible y comerciable en cualquier parte del mundo a través de los mercados secundarios de activos”, explica Ruiz.
“Un perito español ha tasado esta pintura en 2.782.920 euros y ese es el dinero que se va a convertir en tokens y que serán emitidos para que sean adquiridos por los inversores”, informa Ruiz a Efe.
Fichas digitales
Pero, ¿qué es un token (ficha, en inglés)? Ruiz informa que se trata de una unidad que sustituye a otra cosa y que, al igual que los jugadores en un casino reciben fichas en función de la cantidad que deseen apostar, los nuevos inversores en esta tecnología recibirán tokens a partir de la inversión que realicen.
“Un token es una unidad de valor, emitida por una entidad privada, que se fundamenta en la red blockchain”, precisa.
Los token se pueden notarizar mediante una fórmula denominada Smart Contract (contrato inteligente) y cada una de las fichas sería un título independiente igual que sucede en una sociedad, según TD.
Mediante la moneda fiat, como euros o dólares e, incluso, moneda digital, como las criptomonedas, es posible comprar tokens, es decir, una fracción de la obra de arte, de acuerdo a TD.
Una vez que el inversor posea uno o más tokens de arte, puede mantener esa inversión, venderla o intercambiarla según las fluctuaciones del valor de la obra.
Si una pintura incrementa de valor en su totalidad, los titulares del o de los tokens, recibirán la parte proporcional y, como el arte a menudo se revaloriza, tiene el potencial de ser una buena inversión, según esta firma consultora.
La idea de la tokenización es convertir un activo en unidades de valor más pequeñas para que sea accesible y asequible para el público general, y las plataformas que tokenizan el arte proporcionan propiedad fraccionada de esas obras, añaden.
“Este sistema no solo beneficia a los inversores, sino que además permite a los museos y otras instituciones recaudar dinero sin pedir préstamos a intereses altos, y vender tokens de una de las obras que ya poseen para, con ese dinero, ampliar más la colección, sin depender de préstamos caros”, señalan desde TD.
Añaden que los artistas podrían utilizar las inversiones para financiar su propio trabajo, vender tokens de obras de arte y potencialmente aumentar su valor mediante la comunicación boca a oído y el comercio.
“Si esa pieza o cuadro se vende por más valor de la inversión total, entonces los titulares tendrían derecho a algunas de las devoluciones, y el artista aumentaría su reputación”, señalan.
Nada de esto sucederá de la noche a la mañana, pero ya existen empresas pioneras en este ámbito que permite a las personas adquirir tokens de obras de arte, y tener ese cuadro de un gran artista con el que siempre ha soñado, según esta consultora.
Una tendencia al alza
“Hemos cerrado un acuerdo con una galería de arte para sacar otra obra más del mismo artista, y ha habido varias iniciativas al respecto, principalmente de arte contemporáneo, de algunos artistas que han querido aprovechar la tokenización para vender su arte y difundirlo”, explica a EFE el equipo Token Develop, integrado por Manuel García, Ali Omer y Steve Goods.
Aseguran que la tokenización de valores o utilidades está abriendo la puerta a que cualquier producto, servicio o utilidad, sea susceptible de convertirse en bienes digitales o crypto assets y el mercado de inversores internacionales de criptomonedas está bastante activo a la hora de adquirir estas fichas.
Respecto de cómo es la propiedad de una obra de arte tokenizada, explican a Efe que sería “algo parecido a un proindiviso o una comunidad de bienes regulada a través de una DAO (Empresa Autónoma Descentralizada) acorde al espíritu de la descentralización que seguimos en la tecnología blockchain”.
“La DAO es el órgano de gestión compuesto por todos los titulares de ese proindiviso digital y esa DAO decide sobre la obra por el sistema 1 título=1 voto”, explican.
“Los pasos que debe dar un pequeño inversor en la práctica para adquirir y vender tokens de una obra de arte como la de Kandinsky son sencillísimos”, según García, Omer y Goods.
Consisten en comprar el token con criptomoneda, dinero fiat o incluso mediante una tarjeta de crédito; almacenarlo en una Wallet (monedero digital) compatible con el tipo token, que en este caso se define técnicamente como ERC20 sobre plataforma Ethereum, y ejercer sus derechos de voto en la DAO.
Después el inversor podrá disfrutar la obra de arte tokenizada a través de un sistema de cámaras web instaladas según el procedimiento 24/7 con ángulos y, si quiere deshacerse del token, podrá venderlo al precio de oferta y demanda vigente en ese momento, concluye el equipo de TD.
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