Opinión

Apropiacionismo

Las elecciones no se deciden solo aquí. Madrid está estos días en el mapa andaluz. Si hoy Susana Díaz acude al Senado a responder sobre la financiación de su partido -¿responderá?-, la semana pasada fueron los líderes de Adelante Andalucía quienes viajaron a la capital para hacer campaña. La estación electoral es propicia para el florecimiento de declaraciones punzantes y en la espiral verbal Antonio Maíllo se ha dejado llevar por sus deseos sacar al PSOE de las instituciones, ocupadas desde hace cuatro décadas. Va advirtiendo a quien quiera escucharle de que Susana Díaz es la derecha... del PSOE. El responsable de IU asegura que a muchos votantes socialistas les provoca “arcadas” el pacto con Ciudadanos de los últimos tres años. Debe pensar que nada como apelar a las emociones para captar a alguno de los 1,4 millones de fieles que tiene en la comunidad. O quizá, al hablar de náuseas, Maíllo describía su propio malestar y el de los militantes de su partido cuando tomaron tres consejerías a cambio de hacer presidente de la Junta a José Antonio Griñán, allá por 2011. Incluso se mantuvieron en sus puestos cuando el caso ERE le abrió las puertas de la Presidencia a Díaz. Ahora, aclara, pase lo que pase, sus siglas no figurarán en un gobierno susanista. Hace bien en no querer sillón, así no tendrá que pagar rescate.

El parecido con la estrategia adoptada por Pablo Iglesias con Pedro Sánchez es evidente: cuenta con la ventaja de colgarse aciertos y apearse abiertamente de los errores. Seguramente tuvo oportunidad de departir sobre ello con el líder de Podemos, antes de posar todos juntos en Madrid como una coalición bien avenida. Por el parecido tan razonable de los argumentos, Iglesias creyó conveniente aclarar en la prensa que políticamente hablando Susana Díaz no es Pedro Sánchez. Hubo que seguir leyendo para enterarse de si se trataba de un piropo o un insulto, y al final -sorpresa- era lo segundo. Esa idea machacona del susanismo conservador le sirve a Andalucía Adelante para presentarse como la única solución de izquierdas, quedando, según sus palabras, Susana Díaz como la derecha del PSOE; Ciudadanos, sería por tanto la izquierda del PP; y el PP sería simple y llanamente la derecha. De aquí sale una denuncia de los herederos de los hermanos Marx por apropiacionismo.