Mejor en tractor que en tren

En 2019 ya no se lleva explicar que eres «de provincias». Mejor comenta, llegado el caso, que no procedes de la España del AVE, sino de la más vacía y aislada. Sabrán entonces que hablas de Teruel, con sus ferrocarriles. En varios tramos, esos aparatos en cuestión alcanzan únicamente los 30 kilómetros por hora. Ha quedado demostrado que hasta los tractores los adelantan, ¡ver para creer! Teruel existe, lo mismo que Soria. He aquí las dos únicas capitales españolas sin acceso a la Alta Velocidad y sin servicio de trenes de larga distancia. Ir desde Santiago de Compostela hasta Oviedo equivale a tres horaslargas en coche; en un vagón tardarías más de ocho desesperantes horas. ¿Y qué me dices de Almería? En esa ciudad andaluza ni siquiera tienen estación. Olvídate de acceder en tren a la bella Granada. Tampoco te plantees, por ejemplo, la ruta ferroviaria Madrid-Asturias. Podría rellenar varias líneas más con este recuento de despropósitos hasta llegar al caso extremeño que clama al cielo, que es noticia estos días, que ha colocado la etiqueta de «inútil» a Renfe.

Media España vive y se mueve deprisa mientras, sigilosamente, la otra mitad del territorio se vacía y envejece. Más del 53% del país está despoblado, mal conectado. Yo comprendo que la tendencia generalizada de emigrar a los núcleos urbanos seguirá al alza, pero no por ello los habitantes de las zonas rurales deben aceptar plácidamente la desigualdad de recursos, oportunidades y servicios. El dinero que aportan ellos a las arcas públicas, con sus impuestos, vale tanto como el que pone un catalán, o un vasco, o un madrileño.

Sabemos que un Estado es una gran familia. Si a un hijo problemático le das más dinero, al otro se lo tienes que quitar. De ahí los desequilibrios territoriales en tantos ámbitos, no sólo en infraestructuras.

En este tiempo en el que ciertas autonomías ricas negocian con el Gobierno de Sánchez un trato privilegiado en lo económico, conviene recordar a nuestros dirigentes que no todo vale, con tal de permanecer en La Moncloa. En cuestión de meses, se avecinan unas elecciones en las que puede pasarles factura sus contemplaciones con el independentismo. Puede que la España aislada tenga menos peso político que el resto, pero sus votos serán cruciales en mayo.