Opinión

El 'Factor Sánchez'

Varios gritos surgidos de las gargantas de los

cientos de personas congregados en Ferraz me hicieron en la noche del domingo

frotarme los ojos: ''Con Rivera no!' (la única suma viable tras el puzzle

surgido del 28-A es la del PSOE y Ciudadanos, si no se quiere depender del

capricho de los separatistas) era el primero de ellos. Lo cual me hace inferir

que los socialistas prefieren como compañeros de viaje … ¿a los excluyentes independentistas? Me cuesta

creerlo. El segundo grito era: 'Si se puede!', lo que demuestra que entre esos

siete millones de votos obtenidos por el actual -y desde esta noche

reforzado- líder socialista, había no menos de dos, prestados de Podemos.

Victoria

magrainapelable

Es tremendo, evocando tiempos pretéritos, que con

123 escaños y un 28,7% de los sufragios, un partido, en este caso el PSOE sea

sacado por la puerta grande... ¡Qué lejos aquellos tiempos en

los que veíamos, ora Felipe, ora Aznar, porcentajes del 40 por ciento y mayoría

absolutas arrolladoras! Pero los tiempos han cambiado, el abanico se ha

ampliado y el bipartidismo, no solo ha muerto, sino que ha quedado

definitivamente enterrado. 

Pedro tiene 'baraka', suerte. Eso es indudable. Muerto y enterrado varias

veces, si alguien en octubre de 2016 hubiera pronosticado que recuperaría la Secretaría General del

PSOE, que alcanzaría la presidencia del Gobierno merced a una carambola aritmética vía Moción de Censura y que la revalidaría por las urnas con

cuarenta escaños más, le hubieran tachado de loco. La política es caprichosa...

y la Diosa Fortuna hace de las suyas, haciendo posibles en no pocas ocasiones

escenarios que hubieran parecido inverosímiles.

Sánchez será presidente, esto es ya

obvio. Con Unidas Podemos - más alguna ayuda del lado independentista- o con

Ciudadanos, posibilidad aún por escribir y cuya suma no necesitaría del apoyo

de ninguna formación más. 

Esta es una pega, y no menor, de su victoria. No será

el suyo un ejecutivo fuerte. Y tanto Sánchez como Rivera, de cara al escenario

de pactos del que todos hablaremos a partir del lunes tienen dos gravísimos hándicaps:

el primero porque ha repetido hasta la saciedad que 'Los independentistas no

son de fiar' y Rivera porque ha repetido más de cien veces en campaña que no irá

con Sánchez ni a tomar café, porque

se ha sustentado 'En los que quieren romper España'. Iremos viendo. Pero así se

escribe la historia y los españoles han hablado y son soberanos. Y el PSOE ha

ganado las elecciones.

Casado, a punto de ‘ser historia

Casado en cambio, tras estos resultados,

literalmente al borde del abismo. Ni las peores estimaciones demoscópicas le

colocaban frente a un escenario tan demoledor. Sus 65 escaños suponen una pérdida

de nada menos que 68 respecto a los que cosechó un tipo de líder tan poco

entusiasmante como mariano Rajoy en 2016. El joven palentino tendrá muy difícil

seguir al frente de su formación, con poderosísimos enemigos internos como la

propia 'e-vicetodo', Soraya Sáenz de Santamaría y toda la recua de cadáveres

que dejó tras el Congreso del pasado mes de julio de 2018 y que le esperan ya

con los cuchillos políticos afilados.

El primero en abrir fuego contra él ha sido, era de

esperar, el gallego Feijóo, que venía a decir que,en su predio, Vox no había tocado bola.

65 escaños son,

con una diferencia planetaria, el peor resultado histórico del PP y de su

antecesora, Alianza Popular. Cierto es que no todo es imputable a Pablo Casado

y que la división del voto de la derecha y la cruel Ley Electoral que padecemos

en España desde hace más de cuarenta años han tenido mucho que ver. Pero su

perfil muy desdibujado, sobre todo en el primer debate en TVE y una campaña muy

derechista -por el miedo a Vox- han fulminado sus expectativas.

Hago un pequeño apéndice respecto a este asunto; me detendré en un

dato que para mi es demoledor. Si el 'bloque de izquierdas ha cosechado doce

millones de votos y el 'de derechas' once millones, una diferencia tan 

brutal de escaños es, sencillamente, de aurora boreal. Ninguno de los dos grandes

portaviones de la transición ha querido jamás abordar este asunto tan espinoso

de reformar la Ley Electoral... porque en distintas etapas ha convenido a

ambos. Pero no es asumible que ERC con representación y electores en cuatro

provincias tenga el doble o más de escaños que fuerzas políticas que doblan en

votos a los de Rufián en todo el territorio nacional.

Rivera le dobla el brazo a Casado

¡ Qué decir de Ciudadanos! Con 57

parlamentarios casi dobla su representación. Es otro de los grandes ganadores de la noche. No ha

habido ‘sorpasso’, pero casi. Su auto proclamación como líder de la oposición,

dice mucho de la noche feliz que ha pasado Rivera. Habrá quien quiera presentar a Rivera como un líder casi

'fracasado' porque si su apuesta era el 'sorpasso' al PP no lo ha logrado por

apenas ocho diputados... ¿y?

Negar al líder

'naranja' la capacidad de arbitraje en la actual coyuntura es estar ciego o albergar

mucha inquina contra el político catalán. En su campaña, ya lo he dicho, repitió hasta la

saciedad que a Sánchez 'ni agua'... era el particular 'No es no de Albert

Rivera'. Pero la política es el arte de lo posible y habrá que estar muy atentos

durante las próximas semanas

a qué es lo

que se va cociendo entre bambalinas. Hay quienes apuestan ya por una coalición, sí, entre Sánchez y Rivera... sin el primero como presidente.

El líder de Ciudadanos aclaró hasta la saciedad que su 'cordón sanitario' no

era al PSOE... sino al PSOE de Sánchez. 

Su resultado es bueno, sin ambages. Y confirma el

crecimiento sostenido de una fuerza que no para de ocupar cada vez mayor

espacio y cuyo objetivo indisimulado es expulsar del terreno de juego al PP.

Ese, más que el forma parte del gobierno, es su auténtico objetivo. Y aunque

haya quedado ligeramente por debajo, puede considerarse a Rivera como el gran

vencedor de las primarias de la derecha frente a Casado.

Su brillante papel en los debates ha tenido sin duda

mucho que ver en ello.

Yo no sé si Rivera cederá a los cantos de sirena del

Ibex y de algunas voces del 'Sistema'... pero no me extrañaría verle acaudillar la oposición a Sánchez ante un Casado casi hundido.

Iglesias: el líder volvió… y convenció

Iglesias ha conseguido por su parte con su reaparición

estelar salvar los muebles de una izquierda antisistema cuyos errores y

contradicciones la habían llevado a caer en barrena en los sondeos. Muchos no

le daban más de treinta

escaños, hasta

veintiocho. Su moderación en los debates, tras 

una campaña dura y de vuelta a las esencias más izquierdistas ha conseguido que

el hundimiento no fuera brutal. 

Abascal;

irrumpe… aunque no a caballo

Por lo que a Vox se refiere, señalo que ni de lejos

ha alcanzado las expectativas demoscópicas que se le auguraban: 50, 60, 70 escaños...

el cielo. Sus 24 parlamentarios, eso sí, deben ser un aldabonazo en las

conciencias de los partidos más 'sistémicos'

de que algo se está haciendo mal para que los populistas entren también, y con fuerza, en el parlamento

español. No

me sirve el análisis de que 'se han estrellado' porque no han llegado a sesenta

(?) y se han quedado en 24. Es evidente que Abascal no es Salvini, pero están

ahí, y han venido para quedarse. Ya en la Cámara andaluza y ahora en el

parlamento nacional.

Una brutal movilización

La altísima participación, de un 75,78 por ciento, solo superada en 1993 cuando González venció por última vez a Aznar, denota que ha existido una movilización brutal, en la que ha ganado la izquierda por temor a la irrupción de la ultraderecha. Pero mal hará Sánchez si no toma nota de que, a pesar de su triunfo, parte de su apoyo es prestado y deberá manejarse con pies de plomo. Sobre todo en el endiablado órdago catalán, que seguirá siendo el gran asunto de la política española en los próximos meses y me atrevería a decir que años.