Opinión
Eurovisión contra los eurófobos
Un año más he seguido
Eurovisión, pero este año de forma especial y más implicado profesionalmente
por hacer colaborado con la EIPA, la Asociación de la Prensa Israelí a
colaborar en la fase de preparación del festival.
¡Sí, soy eurofan y a mucha
honra!
Anoche más de doscientos
millones de personas estuvieron pegadas delante de un televisor para disfrutar,
una año más, del enorme espectáculo de Eurovisión que desde hace años es más
que un concurso de canciones, se ha vuelto una cita musical imprescindible pero
también momento clave para una reivindicación social fundamental, y más este año
a una sola semana de las Elecciones Europeas, en pleno y complicado proceso de
salida del Reino Unido por el infame Brexit. Un año de avance de la extrema derecha
xenófoba y eurófoba.
Ha ganado Holanda con “Arcade”
cantada por Duncan Laurence, segunda la maravillosa “Soldi” de Alessando
Mahmood por Italia. Un resultado extraordinario por este hijo de una italiana y
un egipcio que representa más que nadie esta Europa mestiza. Una pena que no
haya ganado, me hubiera encantado ver la cara de Matteo Salvini, Primer
Ministro italiano que digirió fatal que este joven talento triunfara en el
Festival de Sanremo y por esta razón
concursara en Tel Aviv.
Ha sido una noche muy
larga de música, diversión, fiesta, baile y de los valores que hacen de esta
cita un evento único: tolerancia, igualdad, diversidad, libertad de expresión y
respeto para todos. Invitada especial ha sido Madonna que después de largas y
muy intensas negociaciones sobre su caché finalmente decidió acudir. Sin
embargo, como fan que soy, casi hubiera preferido que se quedara en casa.
Desafinó de forma bastante penosa y destrozó “Like a Prayer” uno de sus grandes
éxitos. !Una pena! Tuve que escuchar la versión original para reconciliarme con
esta Diva del Pop. Lo único que salvó su
actuación fue “Future”, nuevo sencillo de su nuevo álbum “Madame X” y
reivindicar La Paz entre Palestina e Israel, con la presencia de dos bailarines
que llevaban la bandera de los dos países en sus cazadoras, ¡nada más!....el
resto de su presencia para olvidar.
Esta edición del Festival
ha sido bastante menos espectacular que las ediciones anteriores, menos
barroca, menos Kitsch, menos excesiva y estrafalaria. Pocos países han optado
por la provocación y coreografías excesivas, los tonos musicales han sido POP
sin casi guiños a reguetón, rap y nuevas tendencias musicales.
Vamos que en algún momento
he echado de menos algo de las movidas surrealistas de otros años. Hasta las
22.30 lo único que podemos destacar por presentar algo diferentes han sido los
islandeses de Hatari, la canción bastante mala pero el espectáculo entre looks
siniestros, caras depresivas y miradas perdidas en la nada, ha sido curioso y
digno de ver....¡aunque sea para divertirse y comentar con amigos!
Pocas las sorpresas. Ha
ganado el favorito y desafortunadamente España con Miki y “La venda” ha quedado
en el puesto 22, uno más arriba que el año pasado. Está claro, lo digo todos
los años, que España de este paso seguirá haciendo bastante el ridículo a nivel
de resultado. Lo siento por los artistas que lo dan todo, pero es evidente que
las canciones que mandamos no gustan nada y alguien debería hacer algo para
entender el gusto de los espectadores europeos.
Este año y más que nunca
Eurovisión ha sido el momento, uno de los pocos, de más unidad para Europa y
todos los Europeos, además en el día en el cual Matteo Salvini reunía en Milano
a otros once líderes de extrema derecha de toda Europa entre los cuales
destacaban: Marine Le Pen, Gilles Wenders. Una auténtica fiesta para los fachas
de trending topic que en toda Europa se han subido al tren del populismo
aprovechando el viento de cola que sopla en el continente.
De repente Salvini que
hace veinte años era líder de comunistas en Padania y quería la liberalización
de las drogas entre otras cosas, se ha autoproclamado líder de todos los eurófobos
y euroescépticos y de la extrema derecha europea. Todos irán juntos a las
Elecciones Europeas con el objetivo muy muy claro de cambiar la Unión Europea
cuando no romperla. Los discursos escuchados ayer en Milano parecen copiados a
los de Steve Bannon con ataques brutales a la inmigración, petición de la
familia “tradicional” y críticas descaradas al Papa y sus declaraciones sobre
los inmigrantes.
Un día vergonzoso para
todos los que queremos libertad, tolerancia, igualdad y diversidad.
Por esta razón y más que
nunca: ¡VIVA EUROVISIÓN!
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