Opinión

Diputados y ricos

El cotilleo más jugoso e interesante, a estas horas, se titula «declaración de bienes de los diputados». Aquí la incógnita –a la derecha, derecha– lleva, entre otros, el apellido Espinosa de los Monteros, pendiente Iván de presentar lo suyo, veremos. La sorpresa –a la izquierda, izquierda– la protagonizan los Iglesias-Montero, no solo los más líderes de su partido, también Irene y Pablo los más pudientes. Y el récord indiscutible en euros acumulados lo ostenta el «ciudadano» Marcos de Quinto. De este último se imaginaba la millonada patrimonial: De Quinto aterrizó en la política tras una larga y fecunda carrera como empresario, al frente de las mayores multinacionales. En cualquier caso una lee, una descubre cuentas ajenas y se confiesa atónita ante determinadas situaciones personales de nuestra clase política, muy respetables pero igual de chirriantes (me refiero a quienes, en una muy holgada situación financiera, defienden una ideología anticapitalista).

Llevo toda la vida trabajando, dichosa de mi buena suerte laboral, privilegiada por la nómina de cada fin de mes, consciente de lo caprichoso del oficio, sin gastar en estridencias, previsora... y no, no me cunde como a algunos de estos políticos. Visto lo visto en el Hemiciclo, qué poco consigo ahorrar. Me pasará, quizá, lo que a tí. Ambos sabemos, por las estadísticas, lo mucho que ha descendido la capacidad de ahorro de los españoles: cuatro puntos en los últimos tres meses, según leí el otro día en este periódico, basándose en los últimos datos del Observatorio Cetelem. En muchas ocasiones, se ha comparado la escasa tasa de ahorro de España con la baja renta disponible de los hogares. Algo habrá de cierto en esta España en el limbo político, que vivirá por un tiempo en la incertidumbre institucional a todos los niveles, pendiente todavía de ver cerrarse pactos de Gobierno en ayuntamientos, en regiones, en la mismísima Moncloa. Con el Congreso de los Diputados cerrado, sin comisiones, ni plenos, ni actividad alguna hasta que no se materialice un Ejecutivo. Con unos partidos que dan a cambio de obtener, en una cadena de favores y trueques sin fin que, espero, no nos genere una mayor dependencia del independentismo. Hoy he oído y observado a Laura Borrás, JxCat. Encadena mentiras con una soltura sorprendente. Han pasado las horas, y sigo inquieta.