Opinión
"Española" como insulto
Informar con libertad, in situ, de la situación catalana ocasiona hoy más disgustos personales que gloria profesional. Dan fe de ello mis compañeros de Antena 3 Noticias desplegados a diario en Barcelona y alrededores, curtidos en mil batallas, insultados, amenazados tantas veces en la calle. La pamplonesa Blanca Basiano es una de esas reporteras admirables que dignifican nuestro oficio y brillan allá donde lo ejercen. Sabe bien lo que es pasar apuros durante una conexión en directo, por culpa de unos cuantos energúmenos intolerantes. Y en las ruedas de prensa, hace ya tiempo que descodificó el lenguaje críptico y falaz de los responsables indepes. Blanca identifica rápido las trolas que explica el político de turno y domina, con educación y rigor, el arte de las repreguntas hasta dejar en evidencia al más pintón. Recientemente vimos cómo la periodista sacaba los colores y, de paso, elevaba a la fama mediática a la portavoz del Govern de Torra. Meritxell Budó insistía en la incongruencia de afirmar que el independentismo había ganado las elecciones en Barcelona; Blanca la puso rápidamente en su sitio en un espacio de tres o cuatro preguntas, sin elevar el tono de voz, sin perder las formas. Más adelante, de nuevo en rueda de prensa, la propia Budó, mujer rencorosa, le negó a Blanca nada menos que la posibilidad de usar el castellano para formularle cuestiones, si no se las había preguntando antes en catalán. Ese día, Budó se atrevió a emplear la lengua como arma delante de todos, y volvió a retratarse en negativo.
El último episodio que ha vivido Blanca en el universo paralelo independentista demuestra, una vez más, el espíritu despectivo y excluyente de quienes, a base de falsedades, alientan la hispanofobia en Cataluña. No soporta la presidenta de la ANC que le pregunten lo que a ella no le apetece contestar. ¡Menuda es Elisenda Paluzie! ... Menuda despistada, que se confiesa delante de un micrófono abierto. De repente, abres la roja manzana y está podrida; dejas encendido el micro y suenan chascarrillos de odio a lo español. Lo más lamentable no es que la susodicha haya llamado «pesada» o «borde» a la periodista. Lo indignante es que haya convertido la palabra «española» en insulto. ¡Qué ilusa, Elisenda! Al final, querida Blanca, volviste a llevarte el titular.
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