Las bragas de la ministra

Apunta a nueva patología: el síndrome del fin de semana. Por algún extraño motivo, a algunos dirigentes les da por abrir la boca el fin de semana y soltar la primera sandez que se les ocurre, sin filtro previo por el cerebro donde poder manufacturarlo con cierto raciocinio. Es como un vómito viscoso y súbito: directamente fuera, sin más, fruto del espasmo de una mala digestión.

Después de escuchar a una vicepresidenta del gobierno adjudicándose la titularidad del feminismo y de leer en sentencia a un juez decir que observa placer en la cara de una mujer cuando seis hombres están violándola, sale ahora la ministra de la Mujer, Familia y Derechos Humanos de Brasil diciendo que a las niñas pobres las violan porque no tienen dinero para comprase bragas. Y al tiempo, un obispo de Chipre dice que la homosexualidad se trasmite cuando las mujeres disfrutan del sexo anal. Debe de ser una competición para ver quién dice la mayor memez y mantener intacta nuestra capacidad de asombro.

Pensándolo bien, no creo que tenga que ver con el calendario ni con las olas de calor, ni siquiera con la alimentación ni con un excesivo uso de pesticidas u otras sustancias. Quizá tenga más relación con el hecho de que estamos viviendo una época vacía y yerma de líderes con formación y aptitudes para desempeñar los cargos para los que han sido elegidos. De otra forma, no se entiende.

Así que, a las mujeres las violan porque no llevan bragas... Y la señora ha llegado a ministra. Para que luego duden de que el hombre llegó a la luna.