Opinión

Bloqueo español frente a solución italiana

De vuelta a la 'normalidad' y afrontando el inicio del nuevo curso político, los españoles nos encontramos con una situación muy similar a la que dejamos en julio: un grave bloqueo político y unos líderes que son incapaces de ponerse de acuerdo para pactar, siquiera un ejecutivo de mínimos que pueda echar a andar esta legislatura. 

Las fichas están repartidas ya desde hace cuatro meses y ninguno de los principales jugadores parece querer mudar sus posiciones. Pedro Sánchez, a quien por el resultado electoral y el mandato del Rey tocaba llevar la iniciativa sigue 'vetado' por quienes serían sus socios naturales, es decir los dirigentes de Unidas Podemos que, en su pretensión de lograr carteras ministeriales de peso a toda costa, están decididos a pasar a la historia como los que bloquearon en dos ocasiones la llegada al poder de un gobierno progresista. Albert Rivera mantiene por su parte su posición, ya expuesta en campaña, de un firme 'No es no' a Sánchez, al que considera rehén y cómplice de quienes quieren romper España. En cuanto a Pablo Casado, se mantiene inteligentemente al margen de una jugada que no va con él puesto que todos cuantos exigen, por responsabilidad institucional y sentido de Estado que cese el bloqueo a Sánchez, miran preferentemente a Ciudadanos como el único que debe dar su brazo a torcer. En cuanto a Vox, no tiene papel alguno en esta jugada puesto que sus 24 escaños no son decisivos para nada... desde luego no para dar la mayoría al bloque de centro derecha.

Sondeos van... sondeos vienen.

Así las cosas, el lunes 2 de septiembre hemos conocido un sondeo de NC Report para La Razón que confirma que, de volver a las urnas el próximo 10 de noviembre, las cosas permanecerían prácticamente igual que hoy. El Partido Popular podría repuntar más de 20 escaños, hasta un total de 87, pero las hipotéticas caídas de Ciudadanos -que quedaría con unos 52 escaños frente a los 57 que ahora tiene- y de Vox -que podría perder entre 7 y 9- inhabilitarían al bloque liberal conservador para gobernar. Según este sondeo, el PSOE volvería a ganar las elecciones, subiendo apenas siete escaños como máximo hasta alcanzar los 130. Teniendo en cuenta que Podemos podría perder entre 6 y 9, las cosas quedarían casi exactamente igual. Las que se van, por las que se vienen, tal y como reza el conocido refrán español. 

Si la previsión de este sondeo se tradujera en realidad tras una nueva convocatoria electoral, quedaría evidenciado que todos cuantos piensan en el entorno 'monclovita' que unas nuevas elecciones beneficiarían mucho a los socialistas y hundirían a Podemos no están muy acertados. Personalmente, creo que cualquier pronóstico, a día de hoy, es muy arriesgado porque puede ocurrir esto o lo contario, sin descartar que finalmente cuajara el proyecto llamado 'España Suma' y los tres partidos del centro derecha, con la ley D'Hont en la mano, pudieran alcanzar una mayoría absoluta, aunque fuera por los pelos. Difícil lo veo también, pero no es imposible.

No debe pasarse por alto que existen otras encuestas, para adobar la complejidad de hacer pronósticos, que contemplan diferentes escenarios finales. Tanto El Mundo como El Español sí contemplan una notable mejora del PSOE, que posibilitaría a la izquierda gobernar sin ayuda de los nacionalistas tras unos nuevos comicios. En ambos casos se vaticina la suma posible de esos mágicos 176 escaños… claro está, si PSOE y Podemos son capaces para entonces de haber superado sus actuales recelos. Insisto en mi advertencia: ¡Cuidado con las encuestas en momentos nunca vividos! 

Italia: el ejemplo deseable

Qué diferencia, como se ve, con la situación de mi querida Italia natal, donde la crisis de gobierno abierta por la irresponsabilidad de Matteo Salvini, que planteó una moción de censura contra el ejecutivo del que él mismo era vicepresidente y ministro del Interior, ha quedado resuelta en un par de semanas. Los italianos, siempre lo recuerdo, somos más proclives al pacto que los españoles, aunque solo sea porque la costumbre -67 gobiernos ya desde el fin de la Segunda Guerra Mundial- nos ha hecho más flexibles y nos ha acostumbrado a las lógica cesiones que implica cualquier mesa de negociación, a cambio de alcanzar un acuerdo final. 

Si las cosas caminan por donde parece, habrá un nuevo gobierno, presidido de nuevo por Giuseppe Conte e integrado por el Movimiento Cinco Estrellas y por el Partido Democrático. Esta nueva configuración no está exenta de tensiones, claro, ya que no todos en el PD creen que esta sea la mejor salida -como el exministro de Desarrollo Económico, Carlo Calenda- y tampoco están 'prietas las filas' entre los del Movimiento que fundara el cómico Beppe Grillo, que aboga por ministros 'no partidarios'... algo casi imposible.

Personalmente, la experiencia de anteriores 'crisis' en la escena política de mi país, me hace pensar que una vez más, la prueba se superará con creces. Aunque solo sea para aguantar otro año y medio o dos y evitar esas elecciones que, de forma egoísta y suicida, quería forzar Salvini, pensando en que le resultarían altamente beneficiosas.