Opinión
Estrategias de los grandes partidos de cara al 10-N
Los peores augurios se han cumplido. ‘Nadie’, se supone, quería un nuevo paso por las urnas, pero ya está confirmado. Y con él, la consiguiente precampaña y posterior campaña electoral que, menos mal, en este caso concreto y por imperativo legal, solo durará una semana.
Será, y no solo por esta razón, una campaña bastante atípica. Muchos la consideran casi una segunda vuelta de los comicios que tuvieron lugar el pasado 28 de abril y que dejaron una aritmética parlamentaria casi ingobernable. Tanto que, en cuatro meses y medio, los principales 'líderes' - a los que tras este fracaso yo ya he dejado e considerar como tales - han sido incapaces de llegar a un acuerdo, convirtiendo lo que podría haber sido un escenario colorista, con ilusiones y objetivos firmes para España de cara a los próximos cuatro años, en una fotografía triste... en blanco y negro. En eso estamos por la ineptitud, la cerrazón y los egos de casi todos ellos, en mayor o menor medida.
Pero
no es el objeto de este artículo
incidir, más
ya de lo que todos los analistas lo han hecho en los últimos meses,
en este desolador panorama. Hoy quiero centrarme, de una forma
esquemática y muy didáctica para ustedes, en las que serán las
principales líneas
básicas
de los cinco partidos en liza - más el recientísimo
añadido
de la formación que liderará Íñigo
Errejón
- para esta nueva vuelta de tuerca electoral a la paciencia de los
electores y también para las arcas públicas.
Un
PSOE a ‘la
busca del centro’.
Cantaba
un paisano mío, Franco Battiatto, una maravillosa y aleccionadora
canción en la que venía a decir: 'Busco un centro de gravedad
permanente...', y en eso parecen estar algunos de los actores en liza
de cara al próximo 10-N. Aunque si hay uno en especial que buscará
ese 'centro', será el
PSOE de Pedro Sánchez.
Opuesto ya, no es un secreto, frontalmente a la izquierda extrema que
para él y los suyos representan Pablo Iglesias y Podemos, a los que
no es desdeñable que arrebate una buena tajada en forma de cientos
de miles o tal vez de algún
millón
de votos, Sánchez va ahora -como partido 'Sistémico' que es al fin
y al cabo- derecho a pescar en el caladero de Ciudadanos. Los
estrategas de Moncloa y Ferraz piensan que por ahí tienen un gran
terreno que ganar y a ello van a dedicarse. Así lo confesaba hace
unos días el propio presidente en funciones a Antonio García
Ferreras;
se trata de
ampliar su base electoral
Es
sabido que las elecciones, históricamente en España, se han ganado
siempre por el centro: unos dos millones de votantes que pueden ser
decisivos a la hora de inclinar la balanza. Y en esto coincidirá el
PSOE con el PP, formaciones ambas que lo que añoran es ni más ni
menos que la vuelta del bipartidismo.
'Guantes
blancos entre Sánchez
y Casado'.
El
PP se alejará mucho en esta ocasión de aquella campaña de 'derecha
dura' que practicó el pasado mes de abril. En aquella ocasión se
trataba de no dejarse votos a chorros por el lado de VOX, de la
derecha más populista y extrema. No puede decirse que fuera una
buena idea porque VOX cosechó dos millones setecientos mil sufragios
y el PP de Pablo Casado obtuvo el peor resultado de su historia: 66
escaños.
Solo endulzó
este
ácido
resultado la obtención del Ayuntamiento de la capital e España y la
presidencia de la Comunidad de Madrid. La formación de un Casado que
ha aparecido en las últimas semanas con barba, más
maduro, más
centrado y también
'Sistémico'
Un
sentido de Estado que sin duda los de Génova 13 centren sus ataques
más en Ciudadanos y menos en el PSOE.
Los
'naranjas', con los sondeos en contra.
Los
de Albert Rivera parten, en esta ocasión, con unos sondeos, en la
mayor parte de los casos, muy malos. Algunas, vaticinan un batacazo.
Dicho lo cual no puede obviarse que Ciudadanos, como todos los
partidos que no tienen una definición
ideológica
muy fuerte, suelen darle al final la vuelta a esas malas expectativas
demoscópicas, beneficiándose así de cientos de miles de indecisos.
Rivera y los suyos optarán, sin duda, por un enfrentamiento total
contra Sánchez y sus políticas. Trasladarán la idea de que la del
próximo
10-N constituirá
una segunda oportunidad de echar al actual presidente y a sus
políticas del Gobierno de la Nación.
Los
'naranjas' se la jugarán
con una campaña
que, si es buena, puede deparar sorpresas.
Podemos...
desunidos y con liderazgos difuminados.
Hay
otro consenso casi total entre analistas y votantes y es que, si
Ciudadanos puede -ya veremos- perder algo de espacio electoral, el
mayor damnificado de los comicios que vienen, podría
ser sin duda Podemos. Los socialistas irán
'a tope' contra Iglesias y los suyos y no perderán oportunidad de
remachar que el líder morado es el que por dos veces ya en la
historia se ha opuesto, en 2016 y en 2019, a la constitución de un
gobierno de izquierdas en España. Su única
baza podría
ser la de presentar al PSOE como la ‘cara
bis’
del PP; Sistema, Sistema y más
Sistema…
Por
si fuera poco, para completar este puzzle, la aparición
del 'efecto
Errejón'
podría
tener consecuencias catastróficas para ellos, aunque aquí las
opiniones se reparten sobre a quién puede perjudicar más la
concurrencia del exdirigente de Podemos y antigua mano derecha e
íntimo de Pablo Iglesias, si a la propia formación que él
contribuyó
a
crear o al PSOE. Veremos.
En
cuanto a Vox, poco hay que decir; tratarán
como puedan de contener la ‘hemorragia
electoral’ que
se prevé
para
ellos, con un trasvase de votos de entre un 50 y un 70 por ciento
previsto hacia el PP, de donde habían
salido. El voto útil
funcionará,
una vez más
en la historia . Y en este caso, será
contra
Abascal y los suyos. Por muchos que haya encuestas que digan que son
quienes mayor ‘fidelidad
de voto’
registran. También
en este caso la precampaña y campaña electoral serán clave para
fidelizar el voto dando sensación de futuro o definitivamente
confirmarse como un fenómeno pasajero.
La
suerte está
echada… una
vez más.
¡Hagan
juego!
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