Opinión
Arranca el gran circo electoral: lemas, promesas... ¿Quién da más?
Los
partidos calientan motores, ahora sí, con el 'turbo' a tope de
revoluciones, de cara a los comicios del próximo 10-N. Este fin de
semana que acabamos de dejar atrás, ha sido el primero en el que
realmente hemos podido sentir ya que estábamos instalados en
precampaña 'pura y dura'.
Ha
sido un fin de semana plagado de noticias, algunas de ellas 'bomba',
como el golpe de efecto de Albert Rivera levantando el veto al PSOE
de cara a una hipotética mayoría tras el 10-N sumando sus escaños
a los de Sánchez. Una entente con la que fuera posible un gobierno
entre ambas formaciones, siempre que sumen más de 175 escaños, como
es lógico.
Rivera:
¿estadista o ‘veleta’?
Aún
así, Rivera ha seguido insistiendo en que su preferencia sería un
gobierno de coalición con el PP de Pablo Casado... pero ya no cierra
puerta alguna. Bien, en mi opinión, por la iniciativa del líder
naranja, al que muchos siguen criticando, creo que con poco
fundamento.
¿Era
puro ego, o ceguera, su posición de 'No es no' a Pedro Sánchez y es
ahora propia de un 'veleta' el levantamiento del veto? O una cosa, o
la otra. Pero no ambas a la vez. Es así de sencillo. No me parece
muy acertada la respuesta del presidente en funciones y líder del
PSOE, que horas después, en la clausura del I
Foro La Toja- Vínculo Atlántico, despreciaba
la mano tendida del líder 'naranja' que consideraba fruto del
'pánico electoral' e insistía en que la única opción es el
desbloqueo. Un mensaje dirigido tanto a Ciudadanos como al PP y del
que parece desprenderse que Sánchez no ha aprendido nada en estos
meses y que sigue aspirando a que el resto de los partidos le den el
pase sin más, siempre que consiga ser, como marcan todas las
encuestas, quien reúna mayor número de escaños en el Congreso. De
momento, Sánchez, como históricamente han hecho todos los
presidentes en campaña, aprovecha el BOE y promete subir las
pensiones al ritmo del IPC amén del Salario Mínimo y evita, como
alma que lleva el diablo, hacer referencia a las subidas de impuestos
con las que han amagado los socialistas en los últimos meses...
¡hagan juego señores!
El
PP, o la aspiración a la hegemonía del centro derecha…sobrado de
escaños.
Mientras
todo esto se substanciaba, el PP se afanaba, por su parte, en
seguir intentando que cale el mensaje de que el único voto útil
-aunque eluden llamarlo de esa forma- del centro derecha es el
destinado a los de Casado. Insisten desde Génova en que en
provincias donde se dirimen pocos escaños, 3 o 4, Vox debe renunciar
a presentarse para no 'regalar' opciones a la izquierda y aunque no
se atrevan a plantearlo estarían encantados de que Ciudadanos
hiciese lo propio. Fracasada ya la idea de 'España Suma', a la que
Rivera se ha opuesto n redondo y con razón porque en la práctica
hubiera supuesto poco menos que eliminarles del terreno de juego, el
PP parece encantado -sobre el papel sería el más beneficiado- con
esta especie de 'segunda vuelta electoral'.
La
extrema izquierda sigue K.O. Y la extrema derecha… a no ‘perder
comba’.
Desde
la izquierda, Podemos sigue sin levantar cabeza... en apariencia,
porque la campaña es larga y habrá muchas sorpresas sin duda. Pero
es cierto que Pablo Iglesias, tras los últimos cruces de ofertas y
guiños entre unos y otros, se ha quedado completamente fuera del
tablero. De ser el socio 'necesario' ha pasado a ser, o a parecerlo,
el extremo prescindible por la izquierda.
Tal
cual le ocurre a Vox, que desde Vistalegre ha avanzado ya cuáles
serán, por si había dudas, los pivotes fundamentales de su campaña:
lenguaje grueso y propio de la nostalgia del franquismo que atesoran
muchos de sus cuadros -'El PSOE tiene un pasado criminal', llagó a
decir Abascal- y mucho postureo ‘nacional-católico’-ultraconservador
y patriotero, al lado del cual tanto Rivera como Casado podrían
parecer 'peligrosos' izquierdistas. Tal es lo que buscan los de
Abascal; aglutinar un voto, el de la derecha más ultramontana, buena
parte del cual ya todos sabemos que volverá al PP.
Errejón:
la gran incógnita
Queda
por ver qué ocurre con la ya bautizada como 'sexta' fuerza; 'Más
País' de Errejón. Al igual que ya algunos malintencionados dicen de
Rivera, son legión los que aseguran que votar a Errejón es votar al
PSOE. Yo no tendría las cosas tan claras sobre el papel, aunque sí
tengo para mí que a quien el exnúmero dos de Iglesias y antiguo
'amigo del alma' dará un buen zarpazo será, precisamente, al líder
de Podemos y a los suyos. Las encuestas le otorgan, de salida, hasta
doce escaños. No está mal para un recién llegado a la política
naci9onal con marca propia.
Mientras
todo este circo de tres pistas comienza a andar, corre paralelo
también el carrusel de encuestas; casi todas coinciden en predecir
lo obvio: que Sánchez ganará, sin mayoría suficiente y necesitará,
en el mejor de los casos, una confluencia de las izquierdas o una
abstención de Pablo Casado o de Albert Rivera para gobernar. Un
Rivera al que paradójicamente dan por hundido en beneficio del PP de
Pablo Casado. Tengo para mí que con lo que Rivera se la juega,
básicamente, es con la abstención. Una 'fiebre de alejamiento de la
urna' que podría aquejar a casi la mitad de sus votantes según
algunos estudios preelectorales y que, de confirmarse, sí podría
hacerle polvo. No es baladí que todos los sondeos señalen siempre a
Ciudadanos como el partido con menor fidelidad de voto. La buena
noticia para los 'naranjas' es que la abstención es siempre una de
las variables más difíciles de calibrar... y que, tal y como diría
un castizo, 'hasta el rabo todo es toro'. Hasta el día 'D', nadie
podrá cantar victoria, ni hundirse en la miseria.
Lemas,
‘eslóganes’… ¿ilusionantes? Mucha España, para empezar
En
lo que sí parece haber cierta coincidencia -o poca originalidad- es
en los lemas elegidos por cada formación; las grandes fuerzas
parecen haber querido de golpe envolverse en la bandera y en el
patriotismo.
Comenzando
por la nueva, por la de Errejón: ‘Más País’, lleva por santo y
seña. A pesar de que muchos han criticado que no fuera algo más
audaz y se atreviera del todo a bautizarla como ‘Más España’,
en la decisión de elegir nombre y lema existe una clara
intencionalidad patriótica.
Quién
sabe si fue Errejón quien motivó que el PSOE siguiera esa estela y
pariera la siguiente idea: ‘Ahora, Gobierno. Ahora, España’. Tal
vez en esa clave haya que interpretar las menciones al 155 de los
últimos días por parte del presidente en funciones, inconcebibles
hace unos meses… en los tiempos del famoso ‘relator’.
En
un arranque de originalidad, Ciudadanos, que barajó también la idea
de España como elemento central, se ha decantado finalmente por ‘En
Marcha; un lema que algunos desinformados atribuyeron inicialmente a
un intento de emular a Macron pero que finalmente se ha revelado como
el título de un poema del genial Gabriel Celaya, poeta cumbre
español de la posguerra. Sin duda lo han hecho así porque a
Ciudadanos a diferencia de otros, no les hace falta demostrar su
‘españolidad’. Es su marchamo desde que nacieron en Cataluña en
2006 en unas circunstancias dificilísimas.
En
la formación ultraderechista no se han estrujado demasiado las
meninges: ‘
España
siempre’… ahí queda eso.
‘Por
todo lo que nos une’ es el sugerente lema del PP. No citan los de
Casado la palabra España de forma explícita, pero es un slogan muy
atractivo también, al igual que el de Ciudadanos y que en este caso
tiene sin duda a Cataluña como punto de mira.
Podemos por su parte ha optado por
rescatar un lema que ya utiliazara Izquierda Unida en 2014: ‘El
Poder de la Gente’. Veremos si les sirve para contener la sangría
de votos que pueden sufrir con dirección al PSOE y a ‘Más País’
o a frenar a la también temida abstención de parte de su
electorado.
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