All-in, única jugada de Sánchez

Si estuviéramos en una partida de póker, a Pedro Sánchez solo le quedaría la jugada del all-in en esta campaña electoral, jugárselo todo a una carta, la exhumación de Franco. Desde la convocatoria de las elecciones y desde la «firmeza y templanza», como a él le gusta definir su conducta, Sánchez está perdiendo las manos de la situación de Cataluña, tras la sentencia del procés, y las del crecimiento de nuestra economía.

De nada sirve pedirle al PP la misma lealtad que el PSOE tuvo con el Gobierno el 1-O porque no se puede ser leal al vacío, a la nada o a la templanza, si así se le quiere llamar, porque no ha habido acuerdo ni pacto de estrategia con nadie. Mas bien debería de estar muy agradecido a Casado por su mano tendida para cumplir y hacer cumplir la Ley. Lo que Sánchez está pidiendo a los líderes políticos es lealtad a su figura.

A quien si debe pedir Sánchez lealtad y responsabilidad de Estado es al bailaor Queener o Bohemians, el señor Iceta, que entre tanto cambio de paso de baile, se le están agotando las pocas neuronas que le quedan y anda elogiando la sentencia del procés a la vez que pide la liberación de los presos condenados.

Sánchez se va jugar su futuro, su suerte, a una sola carta, lo que en el póker se llama all-in, y él denomina «victoria de la dignidad», la exhumación de los restos de Franco. El presidente en funciones haría bien en leer al recientemente fallecido Santos Juliá, quién calificaba de uso político del pasado el debate de si tiene que salir o no del Valle de los Caídos o simplemente rememorar la fase de Paulo Coelho: Acumular amor significa suerte, acumular odio significa calamidad.