Opinión

Vuelta al NODO

Pertenezco a la mayoría de españoles postfranquistas, al 64% que citaba ayer La Razón en su portada. Nací cuando el dictador se moría, por lo tanto me falta el recuerdo personal. He crecido en democracia, felizmente. Rodeada de familiares a los que la guerra civil les sorprendió en uno u otro bando, cargando cada cual con sus respectivas vivencias, dramas y consideraciones subjetivas. No me afecta sentimentalmente el personaje. No me influiría, desde luego, la jornada histórica de su exhumación si me decidiera a visitar las urnas. 
Vaya por delante que comulgo con su traslado a Mingorrubio. El dictador no debía seguir en un espacio que pretende ser convertido en lugar de homenaje a las víctimas de la guerra. Sin embargo, tanto la fecha estratégica como la pompa del ceremonial -transmitido al detalle, en tiempo real- me resultan, como poco, positivas para el PSOE. Al resucitar a Franco, Pedro Sánchez ha cumplido, por fin, su primera promesa como presidente en funciones y eso, de entrada, en tiempos preelectorales, equivale a un golazo al rival en el descuento, rematado con una declaración institucional a la hora de las noticias. Una jugada maestra de sus cabezas pensantes, para qué negarlo. 
¿Podrán arañar los socialistas, tras este evento, unos cuantos votos a Podemos y compañía? Es posible, porque Franco es y seguirá siendo el gran símbolo de la izquierda, aunque sus líderes no lleguen siquiera a los cuarenta. También gana VOX: al refugio de Abascal acudirán quienes reniegan de la resurrección mediática, heridos en su sensibilidad. Los demás partidos pasan el trance de perfil, no vaya a ser que les penalice.   
En principio, desde el Gobierno se aseguró que el día D reinaría la discreción, no habría imágenes ni medios. ¡Todo lo contrario al espectáculo ofrecido al mundo este 24 de octubre! Con más de 500 periodistas acreditados y 22 cámaras de televisión sobre el terreno, el helicóptero y la cruz al servicio de la película y, para rematar, alrededor del evento, ya en Mingorrubio, arropando a los nietos y bisnietos del dictador, un puñado de melancólicos del franquismo, incluido el golpista Tejero, exhibiendo aguiluchos, denunciando profanación. Lo de ayer ha sido una vuelta al NODO, en toda regla. ¿Y sabes qué? Con tanto blanco y negro en pantalla, me he sentido joven.