Opinión
Viaje a Cuba
Con enorme inquietud vengo observando las informaciones sobre un futuro viaje del rey a Cuba. Aunque soy un convencido republicano desde mi infancia, jamás me he opuesto a la monarquía, en parte, por que fue esencial para pasar de una dictadura a un régimen parlamentario y, en parte, porque en mí siempre ha pesado más el pragmatismo que la elucubración. Precisamente por ello, siento una enorme inquietud ante esa posible visita. En primer lugar, España sufrirá un coste económico. Más allá del marxismo-leninismo o del totalitarismo lo que define al régimen cubano es su carácter parasitario. Incapaz de alimentar incluso a su propia población, Cuba ha mostrado una extraordinaria capacidad para chupar recursos de otras naciones. La Unión Soviética había llegado a esa conclusión en los setenta y estaba disuadida de respaldar dictaduras similares en Hispanoamérica –tuve ocasión de trabajar con esa documentación– porque otro régimen parasitario como el cubano habría tenido pésimas consecuencias para su economía. Hoy, Venezuela es un tristísimo ejemplo de la desgracia aparejada al parasitismo cubano. Quizá Cuba realice alguna concesión a empresarios españoles, pero España la pagará carísima en concepto de ayudas o créditos que pagarán unos ciudadanos españoles que ya sufren el mayor esfuerzo fiscal de la Unión Europea. En segundo lugar, el régimen cubano es la dictadura de mayor duración de toda la Historia hispanoamericana. No hay razón alguna para proporcionar ningún respaldo a un régimen que ha sembrado y siembra el dolor y el totalitarismo en Hispanoamérica. En tercer lugar, Hispanoamérica afronta un panorama de empeoramiento de la situación en planos como el económico, el político y el social, empeoramiento al que no es ajena la dictadura que oprime Cuba. Finalmente, España debe considerar las relaciones con su aliado más importante que es, sin duda, Estados Unidos. A la administración Trump se deben no sólo enérgicos pasos en contra de la dictadura chavista sino también una clara postura de defensa de la libertad del pueblo cubano. Nada puede justificar que España adopte iniciativas que deterioren las relaciones con Estados Unidos y más cuando está inmersa en un conflicto arancelario de no poca relevancia. Del viaje del rey a Cuba quizá se beneficiarían algunos particulares, pero sería a costa de dañar gravemente la posición de España, los intereses del pueblo español, la libertad de Hispanoamérica y la imagen de la Corona en momentos especialmente delicados. Es para pensarlo.
✕
Accede a tu cuenta para comentar