Opinión

Final feliz para estas Navidades

S e consume 2019 y la sueca Greta Thunberg es señalada como «la persona del año» en la revista Time (merecidamente, por visibilizar el problema del cambio climático); las finlandesas pueden presumir de un gobierno a la vanguardia del empoderamiento femenino (cuánta mujer junta por allí, mandando). ¿Y nosotras, las españolas? Sobra talento. Me nace mencionar a la joven diva Rosalía, triunfando mundialmente en la portada de Vogue, brillando en todos los premios, dejando huella en los escenarios.

En lo político, sin embargo, seguimos a años luz de los nórdicos. Qué te voy a contar que no sepas… Escasean mujeres en la cima. Como esto siga así de turbio, llegaremos al día de Reyes sin vaselina, huérfanos todos de un Gobierno que llevarnos a la boca. Claro que, para quedarnos en manos del independentismo catalán, siempre queda tiempo. Llámame ilusa: albergo aún la esperanza de que nuestros dirigentes dejen sus estrategias de lado y cedan posiciones, por el bien general. ¿Qué tal un encuentro sosegado entre constitucionalistas en estas fechas tan entrañables? Si los de Sánchez han sabido apaciguar, domar y negociar discretamente con los de Esquerra, ¿cómo no van a poder conectar y hasta pactar felizmente con quienes sí respetan la Carta Magna, como ellos? ¡No entiendo nada! O resulta que, a estas alturas, quien decide «qué y cuándo» se llama Oriol Junqueras.

Ojalá nuestros gobernantes, en vez de perfeccionar la técnica del egoísmo, se preocuparan por nuestros verdaderos males. Ya sabrás que los españoles nacemos menos que antes y cada vez nos morimos más en soledad. No se entera ni el vecino. El drama se agranda en la gélida Valladolid. Allí llevan ya contabilizados 21 mayores fallecidos este año, descubiertos sus cuerpos en casa, de forma tardía. El drama nos lo recuerda también una escultura hiperrealista de Bilbao. Existe, se llama Mercedes y es una abuela entrañable que suele observar el mundo desde un banco, mejor eso que regresar al sofá. «¡Total, para hablar con la televisión!» Descuida, te he reservado un final digno de ella: la escultura de Mercedes ha removido tantas conciencias, que la original recibe estos días un aluvión de llamadas. Un montón de familias quieren compartir estos días con ella. De nuevo, llámame ilusa: brindo por unas navidades con muchas familias acogiendo a muchas Mercedes.