Opinión

Sigue el bloque político... ¡Y el teatro!

Hay crónicas periodísticas que son especialmente previsibles. La de hoy, es una de ellas. Si alguien albergaba esperanzas de los encuentros programados para el lunes 16, arranque de esta crucial semana, entre el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez y el líder del PP, Pablo Casado, y la portavoz parlamentaria de Ciudadanos y responsable de esta formación hasta el próximo mes de marzo, Inés Arrimadas, debió -como en la 'Divina Comedia'- abandonar toda esperanza. El líder del PSOE y aspirante a la Presidencia del Gobierno tiene muy claros cuáles serán sus apoyos... el escenario más previsible, aunque tal vez no el más deseable. 

En

estos convulsos e inciertos días, España -los españoles- se

dividen entre quienes creen que Sánchez tiene cerrado su acuerdo con

Unidas Podemos -que lo tiene- y con los independentistas de ERC -que

no lo tiene- . Todos quieren saber, en esto coincidimos, qué

pasará y

cuándo

España

echará,

de una vez, a andar.

Empresarios

y grandes inversores… acongojados

Anda

el mundo del dinero preocupado. Muchos empresarios españoles, pero

también

inversores extranjeros -de los que cuentan de mil en mil (millones)-

por la eventualidad que supondría,

creen ellos, que España, la cuarta economía de la Eurozona

excluyendo ya al Reino Unido, tenga a un 'comunista con coleta' como

vicepresidente del Gobierno. El mismo al que Sánchez achacó ser la

causa principal de su insomnio hace no mucho. No se fían 'las manos

fuertes', las que mueven los mercados internacionales y con un golpe

de teléfono desplazan plantas industriales de 2000 o 3000

trabajadores de Cataluña

o Andalucía

a cualquier punto del sudeste

asiático,

un suponer. El riesgo de fuga de capitales es grande.

Y

es que, España no es Grecia... hablamos del 11 por ciento del PIB de

la Unión, y con tal dimensión, los experimentos solo deben hacerse

con gaseosa. Desde el terreno político, tampoco se fían mandatarios

internacionales de diferentes países, algunos de un extraordinario

peso y que comparten sintonía

ideológica

con el PP. 

Europa

quiere un PP fuerte, no una ultraderecha que amenaza con seguir

creciendo

El

abanico es muy amplio; tal vez la más

'tozuda' está

siendo Ángela Merkel, que cree además que si Casado mostrara la

menor simpatía hacia el aspirante socialista le dejaría un enorme

espacio de oposición 'dura' a los ultraderechistas de Vox. Merkel

sabe bien del peligro de que en España se instalen, como allí, una

suerte de 'Alternativa por Alemania' a la española. Pero no solo

Casado ha hablado con la 'Canciller de Hierro'; también con algunos

otros que le recuerdan 'el caso Fillón', y su expulsión de la

escena en favor de Macron, por no hablar de la 'muerte civil' del

PASOK griego o de ‘Forza

Italia’

en mi país.

Algunos presidentes latinoamericanos, también preocupados por la

situación al sur de Europa también se han permitido hacer

sugerencias.

Todos

coinciden: susurran al oído del joven Pablo Casado que, bajo ningún

concepto, dé

luz verde a la investidura de Sánchez. Unas presiones que según me

cuentan se han producido tanto de forma discreta, a través

de contactos telefónicos

privados, como públicos,

en distintos encuentros tanto en la cumbre del PPE como en los días

que ha durado la frustrante Cumbre del Clima en Madrid.

Casado

ha entendido el mensaje y repite estos días como un 'mantra': 'Que

Sánchez no espere nada (de su partido) porque lo que quiere el PP es

acabar con la deriva nacionalista y anticonstitucional del PSOE'. No

se muerde la lengua el presidente Nacional de los populares y remata

la anterior afirmación con esta otra: 'Me da vergüenza ajena quién

gobierna España'.

Entrevistas

estériles

e inútiles

Desde

luego, las caras de ambos, de Sánchez y de Casado en las imágenes

que todos pudimos contemplar de su encuentro eran de todo menos

cordiales o amables. Hay algún medio que llegó a calificarlas de

'caras de funeral'. Coincido. Pero la delicada situación por la que

atraviesa España no es para menos. 

Dirigentes

del PP consultados, su propio presidente incluido, han constatado

tras el fallido encuentro que la única

oferta de Sánchez

ha sido la de que el PP se abstenga y gobernar con Iglesias. Los

populares lo tienen claro: no harán vicepresidente al de Podemos.

Creen que la 'coyunda' estaba ya cocinada entre PSOE y PODEMOS y se

niegan a blanquearla. Si a ello unimos que los populares son

conscientes de que el refrendo definitivo para rubricar el acuerdo,

además, tiene que llegar de la prisión de Lledoners, a cuyas

paredes comienza a acostumbrarse el líder de ERC, Oriol Junqueras,

cualquier punto de encuentro parece imposible. 

La

Vía

Arrimadas’:

una excelente, aunque estéril,

iniciativa

En

medio de todo esto, la llamada ‘Vía

Arrimadas’

no parece tener mayores visos de convertirse en realidad, aunque haya

sido una iniciativa que personalmente me parece buena para el país y

de una gran altura política. Es una pena que Ciudadanos, que ha

pasado de 57 escaños a solo 10, carezca de más fuerza para hacer

ver al presidente en funciones que 221 escaños en conjunción para

sacar adelante las grandes reformas que España necesita, amén de

unos Presupuestos Generales del Estado, estarían mejor en manos de

los constitucionalistas que de la imprevisibilidad de una formación

como Unidas Podemos y de un puñado de independentistas. Pero

Sánchez, parece haber tomado ya una decisión.

Solo nos queda esperar.