Opinión

La rendición de Sánchez

Decía Cánovas del Castillo que en política lo que no es posible es falso. Qué posibilidades tenemos de que en España se forme un Gobierno de Estado estable si el candidato a presidente está empeñado en recibir el apoyo de aquellos diputados que no acatan la Constitución, el 35% de la Cámara Baja.

Me da miedo que a las puertas del nuevo año 2020, entremos en una década de frivolidades constantes, de búsqueda de nuevos problemas y conflictos para maquillar la incapacidad de solucionar los ya existentes y más acuciantes. Me da miedo que muchos políticos enmascaren, con la connivencia de algunos medios de comunicación, la realidad llamando legislatura de progreso, a lo que verdaderamente es un retroceso y legislatura del diálogo, al chantaje para obtener réditos inmediatos sin mirar al medio o largo plazo.

Miedo me da ver a Sánchez, sin pudor alguno, como si no tuviéramos ojos ni oídos, como intenta dar normalidad a lo que es anormal. Llamar a la desobediencia, conflicto político; a la afrenta, diálogo y a una reunión con Torra, relaciones bilaterales entre Comunidades Autónomas. Miedo me da ver a Sánchez firmando letras que no puede pagar mientras rechaza la única solución que tiene a su alcance: comprometerse con el PP y Ciudadanos. Es del género tonto confundir adversarios con enemigos.

Miedo me da que entre el champán y las uvas, las doce campanadas y los cotillones de Nochevieja pase desapercibida la mayor tropelía que se le puede hacer a nuestro país, la de rendirse ante sus enemigos. Hay un cuadro de Velázquez «La rendición de Breda» que plasma la última conquista de España, miedo me da que en el debate de investidura en lugar de Breda se rinda Sánchez y que en lugar de las lanzas, el símbolo sea un lazo amarillo. .en la solapa del candidato.