Opinión

Pedir Perdón

¿Está el enemigo? Que se ponga. Se cumple un siglo del nacimiento de Gila y su frase lapidaria me sirve para afirmar que tenemos al enemigo en el Gobierno por cómo está gestionando la pandemia del coronavirus. Han querido dar una imagen de normalidad cuando ya se conocían las cifras de propagación de China e Italia. Hasta que el lunes las comunidades del País Vasco y Madrid no tomaron las medidas de cerrar los colegios, universidades y centros de mayores, parecía que los españoles tuviéramos una resistencia muy superior a la de los ciudadanos de otros países que ya habían sufrido el contagio. Vamos, que parecíamos dignos superhéroes de un cómic y conocedores del secreto de la poción de Astérix. Mientras veíamos la propagación en Lombardía, nuestro Gobierno socialcomunista nos alentaba a festejar el 8-M multitudinariamente en todo el país y seguían sin prohibir la entrada de vuelos de Milán. Acabaremos siendo el referente planetario, como diría Leire Pajín, de cómo no se debe actuar ante la amenaza de una pandemia.

Luego supimos, tras la manifestación, que el Gobierno ocultó información, que ya era consciente de los datos que le llegaban de las comunidades, que a la postre han actuado con más competencia, porque las ministras participantes llevaban guantes de nitrilo y habían dado orden de reducir la presencia de miembros del gabinete. Por hacer política con la igualdad han acabado usando y abusando de las mujeres. Sánchez debería pedir perdón, algo que ha hecho Vox por su desacertado Vistalegre, cesar al ministro de Sanidad por incompetente y hacer más caso a profesionales como la Organización Médica Colegial que apuestan por medidas de contención más agresivas para ir por delante de la epidemia.