Política

La burbuja política

La política española parece un microcosmos, en el que sus protagonistas solo están interesados en disputarse el poder y no son capaces de ver los problemas del mundo real.

En ese minúsculo universo, Pablo Iglesias está más interesado en la polarización política que en solucionar los problemas del país y Pablo Casado ha confundido al electorado del PP con sus militantes.

Es sabido que Casado ganó a Sáenz de Santamaría porque tuvo un discurso más de derechas, pero comete un error cuando compite con Vox porque la sociedad española es mucho más moderada que las militancias políticas.

Cayetana Álvarez de Toledo se está convirtiendo en un esperpento y el líder popular hace mal manteniéndola en su cargo de portavoz. Alguien le habrá dicho lo que le dicen a todos los dirigentes: “si te aflojas te afligen” y lo sigue al dictado, aunque con ello se está hundiendo en arenas movedizas.

Cuando la portavoz popular insultó al padre de Iglesias, este hizo un quiebro y se enfrentó a Vox. Sin duda, es el más listo del Congreso, lo que le interesa al podemista es que le ataque la extrema derecha porque eso moviliza a su electorado e incluso atrae a algún votante socialista.

Núñez Feijóo y otros astutos del PP lo han visto claro, pero a Casado aún le falta algún hervor. En tanto, Vox está encantado, pesca en la confrontación con Podemos y también lo hace en la contienda con los independentistas. Cuanto más se aferra Sánchez al sillón sosteniéndose en ERC, en JxCat o en Bildu, más poderosa es la extrema derecha.

El socialista todavía no se ha dado cuenta de que son insaciables, cuando se rinde ante PNV y decide que la renta mínima en Euskadi la gestionará el gobierno foral, aparecen los independentistas catalanes, que se mueven en un estrecho pasillo entre el odio al Estado y la competición con el País Vasco, para reclamar que la de los catalanes la quieren administrar ellos.

Sánchez e Iglesias son los responsables de que Vox, un partido que no hubiera tenido ninguna posibilidad con otros dirigentes, esté cogiendo músculo y convirtiéndose en un peligro real. Puede que a ambos líderes les venga bien, pero a España le viene mal.

El PSOE no actúa estratégicamente. Sus representantes, como Patxi López, se contagian de proclamas podemistas para tener que pedir perdón minutos después. El PP también se equivoca, ha abierto las puertas de su casa para que Abascal entre hasta la cocina y se quede con los muebles.

En estas luchas andan absorbidos gobierno y oposición, mientras los españoles esperamos la próxima EPA con la respiración entrecortada y con los negocios van desapareciendo cada minuto que pasa.

Sánchez puede encerrar en su casa a todo el país, él puede creer que eso es tener poder, es muy posible que lo sienta, pero el poder de verdad es sacar a todos del confinamiento, claro que eso se consigue con un gobierno que esté a la altura.