Opinión
Qué chasco
Qué semana de desencantos. Nos dicen ahora que solo un 5,2% de los españoles han resultado afectados por el coronavirus. Poseemos muchísimos menos anticuerpos de los deseables, ¡cuánto daño causado frente un porcentaje tan nimio de infectados! Daño en todos los ámbitos, en pasado, presente y futuro. Expertos en economía avanzan que acabaremos rescatados en otoño, aunque lo llamen de otra manera.
En paralelo, vamos bajando a ciegas por la curva del desconfinamiento. Cada día nos ofrecen desde Sanidad el parte, a cuentagotas, de los últimos fallecidos y contagiados. Un galimatías: las cifras que aporta el Ministerio de Illa nada tienen que ver con el dato diario de cada Autonomía. El total de fallecidos no concuerda ni de lejos con la cifra de las funerarias, ni con la del INE, que estima el doble de bajas que las oficiales en estos meses de pandemia. Si quienes nos gobiernan no saben explicarnos su método para contabilizar fallecidos, si los números no cuadran, ¿cómo confiar en ellos?
A todo esto, Interior decide cesar a un mando de la Guardia Civil de prestigio, Diego Pérez de los Cobos, responsable de la Benemérita con Gobiernos de diferente signo político. Grande-Marlaska explica que pretende renovar su equipo, pero se filtra un informe que le pone en un serio entredicho: había que deshacerse de Pérez de los Cobos porque el coronel no cedió a una serie de presiones de su Ministerio. Si hubiera cedido, habría cometido un delito. ¿Dimite el ministro ante semejante escándalo? ¡De ninguna manera! ¿Acaso dimitió Ábalos por el caso Delcy?
Un arrogante Grande-Marlaska se desmarca del asunto en el Congreso, afirmando que dicho cese no lo ha firmado él y que, por lo tanto, no ha hecho nada ilegal. Añade que solo pretende acabar con las filtraciones, dejando caer, sin verbalizarlo, que el guardia civil destituido podría estar relacionado con ese problema.
Pedro Sánchez echa más leña al fuego: plantea que Grande-Marlaska está destapando a la policía patriótica. ¡Acabáramos! Desacredita el presidente, en qué momento, a una institución clave para el bienestar común, que brilla como pocas en nuestros tiempos más oscuros. Queda legislatura para rato, manual de resistencia en mano. Grande-Marlaska lo sabe, y ya solo quiere ser superviviente. Yo admiraba al juez. Con el ministro me he llevado un chasco.
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