Opinión
Instrumento
La experiencia de cada día demuestra que los instrumentos son indispensables para solucionar los problemas; disponer de una adecuada caja de herramientas supone poder hacer frente a las más intrincadas situaciones. Es una constatación que todos podemos hacer en la vida. La Iglesia, como institución humana que es, no es ajena a esta lógica aunque en su caso la instrumentalidad tenga que ser entendida desde otras dimensiones. La Congregación para la Doctrina de la Fe acaba de hacer público un vademécum para el tratamiento de los casos de abusos de menores cometidos por clérigos. Un amplio documento muy detallado que va a permitir a obispos y superiores religiosos disponer de unas reglas de comportamiento. Con el sentido práctico que acompaña a su mediterránea claridad el cardenal Luis F. Ladaria lo ha calificado como un «instrumento» o como un «manual» y ha definido así su naturaleza: «No es un texto normativo; no promulga ninguna nueva ley. Ni se emiten nuevas reglas. Se trata de un manual de instrucciones».
Como se recordará en febrero del 2019 Francisco convocó un encuentro con los presidentes de las Conferencias Episcopales del mundo para afrontar de modo decidido la plaga de los abusos cometidos por clérigos sobre víctimas menores de edad. La primera conclusión fue la necesidad de «elaborar un vademécum práctico en el que se especifiquen los pasos a seguir por la autoridad en todos los momentos clave de la aparición de un caso».
Los expertos han necesitado más de un año para elaborar sus más de 160 artículos; las cosas de palacio… ya se sabe van despacio sobre todo en el Vaticano. Pero lo importante es que ahora ya nadie podrá refugiarse en una pretendida ignorancia; las normas son muy claras, basta aplicarlas.
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