Opinión
Nonna Rosa
Rosa era el nombre de la abuela materna de Jorge Mario Bergoglio. Su apellido era Vasallo y a los 45 años con su marido y su hijo Mario –padre del futuro papa– emigró desde el Piamonte a Argentina. Años muy duros para una familia de emigrantes que tuvo que abrirse paso a una nueva vida con muchas dificultades pero sostenidos por una fe inquebrantable.
Esa fue, precisamente, la que «nonna Rosa» transmitió a su nieto . Cuando nació el segundo hijo del matrimonio formado por Mario Bergoglio y Regina Maria Sivori la abuela iba a buscar a su hermano mayor Jorge y se lo llevaba a su casa todo el día. Allí le enseño a rezar y le contaba vidas de santos. El Papa ha recordado muchas con agradecimiento y veneración a su abuela .
Esa ha sido una de las razones por las que, en plena crisis de una pandemia que ha afectado de un modo particularmente severo a las personas mayores, Francisco ha lanzado una campaña títulada «Cada anciano es tu abuelo». Lo hizo el domingo 26 de julio recordando a los abuelos de Jesús San Joaquín y Santa Ana. Invitó a los jóvenes «a realizar un gesto de ternura hacia los ancianos, sobre todo a los que están más solos, en las casas y en las residencias, los que desde hace muchos meses no ven a sus seres queridos».
El papa les exhortó a usar la «fantasía del amor» con llamadas, video llamadas, mensajes y respetando las normas sanitarias visitas y abrazos. Y finalizó su alocución citando los últimos versos de un soneto del poeta argentino Francisco Luis Bernárdez que dice así: «Porque después de todo he comprendido que lo que el árbol tiene de florido vive de lo que tiene sepultado».
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