Opinión

Vicepresidente sin poder

Ahora que vemos cómo nos ponen en cuarentena gradualmente -por municipios, por distritos- nos encaminamos hacia un otoño oscuro en todos los ámbitos. No sabemos a ciencia cierta si los niños son súpercontaminadores o lo contrario, si la foto fija del PCR nos sacará de algún apuro, si dejaremos de encabezar las listas de todos los males económicos y sanitarios, si el temido bicho dejará de resultar tan mortífero, si se estabilizará el ritmo de contagios diarios, sabiendo que el único remedio infalible para el coronavirus es el confinamiento total, y no nos lo podemos permitir.

Ignoramos si nuestros hospitales volverán a desbordarse, si la vacuna que nos anuncia la Junta andaluza llegará en diciembre, como agua de mayo, y si será efectiva, y si se unirán a la iniciativa otras regiones… Todo parece hoy un enorme interrogante, excepto el hecho de que veremos pronto unos nuevos presupuestos. Bruselas nos pide un borrador de las cuentas el 15 de octubre. Más le vale al Gobierno tener listo un programa de reformas con el que activar la absorción de los 140.000 millones de euros del plan de recuperación económica europea. Necesitan ayuda urgente todas las capas de nuestra sociedad, no hay tiempo para frivolidades.

A pesar de la última escenificación de Rufián en La Moncloa, y de la promesa de una nueva reunión de la mesa de diálogo sobre Cataluña, tiene poca pinta de prosperar un acuerdo del Ejecutivo con sus socios de investidura. Quedó ya claro este lunes, cuando vimos a Pablo Iglesias sentado junto a la plana mayor del IBEX, admitiendo la realidad de su vicepresidencia, hueca de poder. Tampoco a ERC le interesa mezclarse con las cuentas del Estado español justo ahora, a un tris de las elecciones catalanas.

La opción de unas cuentas sustentadas por PNV, Ciudadanos y otras fuerzas menores cobra fuerza por momentos. La decisión del PP de no apoyar los presupuestos para reafirmarse en su papel de líder de la oposición ha colocado en primera línea a los de Arrimadas. Ciudadanos tiene ahora la llave del éxito, adquiere protagonismo pero, a la vez, corre el peligro de difuminarse a largo plazo, lo mismo que Podemos, en favor del bipartidismo. Espero que el tiempo haga justicia con quienes de verdad contribuyan al bien general.