Opinión
La humillante derrota de Maduro
Las sanciones no se imponen al pueblo venezolano, sino a los jerarcas y empresarios bolivarianos que están acusados de la comisión de graves delitos
Lo malo del populismo es que un personaje intrascendente e ignorante como el heredero del «gorila rojo» haya podido llegar a la presidencia de Venezuela. Lo de Chávez fue asombroso y se inscribe en el perfil del caudillismo zafio de inspiración comunista, pero lo de Maduro es espeluznante. El maestro eligió a su peor discípulo. No se puede ser más torpe al organizar unas elecciones para legitimarse y conseguir una participación de solo el 30 por ciento. A pesar de ello, el «campeón» de la democracia considera que ha dado una lección al mundo y vocifera que tiene el apoyo del pueblo confirmando que es el gañán que todos conocíamos.
Maduro es un personaje corrupto e irrecuperable. Ha seguido el camino de todos los dictadores, aunque en su caso no despierta la fascinación que tuvo Fidel Castro entre los progres europeos. Nunca compartí esa simpatía por el dictador cubano y su régimen criminal, pero al menos no era un patán como el actual e ilegítimo presidente venezolano. Una abstención del 70 por ciento del cuerpo electoral es una clara moción de censura contra este régimen autoritario y corrupto. Es comprensible la unanimidad de los Estados miembros de la UE en su condena ante el fraude electoral.
El chavismo, que es puro comunismo aderezado de populismo, muestra signos de agotamiento, aunque esto no significa, desgraciadamente, que su fin esté próximo. Hemos vivido situaciones similares con la dictadura cubana y ha conseguido sobrevivir, aunque sometiendo a su pueblo a grandes privaciones así como persiguiendo y asesinando a la oposición. A los dictadores no les importa el sufrimiento de su pueblo con tal de permanecer en el poder y continuar con su revolución. Es lo que hicieron Lenin, Stalin, Mao, Pol Pot, Fidel y tantos otros en nombre de la liberación de la clase trabajadora.
Hay que seguir manteniendo las sanciones con mano firme y sobre todo perseguir el dinero corrupto de origen venezolano. No se puede permitir que no retorne al pueblo el dinero robado por Maduro y sus compinches. Mucha gente se ha hecho inmensamente rica de forma ilícita gracias al sistema extractivo organizado por Chávez y mantenido por su heredero. Las sanciones no se imponen al pueblo venezolano, sino a los jerarcas y empresarios bolivarianos que están acusados de la comisión de graves delitos. Por ello, hay que mantenerse firmes frente al chavismo e impedir que se legitime la mascarada electoral. Las formaciones venezolanas de izquierda y de derecha están en contra de un presidente que no respeta la democracia y los derechos humanos.
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