Opinión

«Esto no va bien», otra vez

Jordi Sevilla fue ministro de Administraciones Públicas en la época de Zapatero. También formó parte del núcleo duro del equipo de Pedro Sánchez en su primera etapa al frente del PSOE. Más tarde, cuando el socialista llegó a la Moncloa, Sevilla accedió a la presidencia de Red Eléctrica de España hasta que diferencias con la vicepresidenta y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, le llevaron a la dimisión. Ahora está integrado, como «senior advisor», en el equipo de Llorente y Cuenca, ahora LLYC, la influyente consultora de comunicación y asuntos públicos –el lobby, en definitiva– que fundó y preside José Antonio Llorente y donde también hizo sus pinitos Iván Redondo, el poderoso jefe de gabinete de Pedro Sánchez, que acaba de definirse políticamente como «un humanista, no solo por formación, sino por convicción» y que ha explicado en El Diario Vasco que «la velocidad en política es fundamental».
Jordi Sevilla, que dirige el área de Contexto Económico de la consultora, al frente de la que sustituyó a Román Escolano, el último ministro de economía de Rajoy, elabora, de forma regular, unos breves y jugosos informes sobre la actualidad económica. En el de ayer, Sevilla afirma con rotundidad que «esto no va bien», sostiene que la recuperación económica «se difiere» y augura que el PIB se estancará o incluso retrocederá en el primer trimestre de este año medido sobre el trimestre anterior y que en todo 2021 estará más cerca del 5%, que dice la OCDE, que del 7% del que ya habla la ministra Nadia Calviño y muy lejos del 9,8% de las previsiones del Gobierno Presupuestos. El diagnóstico de Sevilla, que reclama ayudas directas a las empresas y estímulos sectoriales reales, coincide con el anuncio, por parte del Banco de España, de un nuevo récord de deuda pública, que alcanzó en noviembre de 2020 los 1,31 billones, con «b» de barbaridad, nada menos que 124.606 millones más que el anterior, que es más o menos la cantidad de deuda española que compró el año pasado el Banco Central Europeo de los 277.000 millones brutos emitidos por el Tesoro. Y es que, no, otra vez, «esto no pinta bien».