José Luis Escrivá

Twitter de Escrivá y oráculo de Cibeles

Un insólito y novedoso indicador económico anuncia buenos tiempos

Esperanza Aguirre, más allá de partidarios y detractores, tiene olfato político y pocos pelos en la lengua. La histórica «lideresa» acaba de publicar «Sin complejos», un libro –que tiene su interés y algo de morbo– en el que apunta que Sánchez ha construido «una coalición mucho más sólida de lo que algunos creen», que puede perpetuarse y a la que solo le falta Madrid, esa joya de la corona en disputa estos días, en un ambiente casi de guerracivilismo virtual. El inquilino de la Moncloa está más obsesionado con el control de la Comunidad madrileña, que cree que le garantizaría un decenio largo en el poder, que con los detalles del Plan de Recuperación para acceder al soñado «maná» europeo, aunque se quede lejos de los 140.000 millones, y dar aire a la economía española. La recuperación económica, por cierto, parcial pero vigorosa, parece estar a la vuelta de la esquina. Lo apunta también el insólito indicador económico adelantado descubierto por el economista socialdemócrata José Carlos Díez y que es, ni más ni menos, la cuenta de Twitter del ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá. Si los datos son buenos, el Twitter ministerial los filtra, como ahora, con la bajada de trabajadores en ERTE que ratificarán los registros de afiliación de la Seguridad Social. Si son malos, aclara Díez, los explica a posteriori el secretario de Estado. Los vientos económicos favorables, sin embargo, servirán de poco si, como apunta el Oráculo del Banco de España, en Cibeles, esta vez por boca de Óscar Arce, director general de Economía y Estadística, con los dineros de Bruselas no llegan «reformas ambiciosas y consensuadas», incluidas las que mejoren la situación de los jóvenes –los más golpeados económica y laboralmente por la pandemia y la crisis– y las que aborden el futuro de las pensiones que necesitarían una subida de cotizaciones de ocho puntos para mantener las mismas prestaciones en 2050. Reformas y consenso, «sin complejos», diría Esperanza Aguirre, aunque todo depende del desenlace de la batalla de Madrid y Sánchez, herido, es aún más imprevisible. El Twitter del ministro y el Oráculo.