Elecciones autonómicas
El 14-M que nos han querido montar
Cuando vienen mal dadas entre mandato y mandato, se inventan magnicidios y sanseacabó
Tan obvio resulta que el 11-M fue obra de islamistas, como que hay un queso gruyère de agujeros negros más grande que el Bernabéu –con o sin obra–, como que socialistas y medios afines llevaron a cabo un uso nauseabundo del megaatentado que cambió el curso de las elecciones de 2004 específicamente y de nuestra historia genéricamente. Las jornadas que padecimos entre el 12 de mayo y el propio día de la cita con las urnas, el domingo 14, representaron un acto de vileza jamás conocido en Europa. El PSOE y sus terminales mediáticas aprovecharon el drama para generar una campaña de agitprop que tenía como objetivo acusar al PP de mentir conscientemente sobre la naturaleza y la autoría del atentado. Se instó a los españoles de izquierda a agitar las calles rodeando las sedes del PP en toda España, a la par que se lavaba el cerebro a la población en general asegurando que Moncloa les mentía como bellacos, amén de propiciar en el imaginario colectivo la sensación de que el culpable de los atentados era Aznar por haber apoyado la Guerra de Irak. De manipular emociones y de hacer trampas en las elecciones, pues, los socialistas saben un montón. Pero los podemitas les dan sopas con honda, básicamente, porque sus maestros, jefes y paganinis, Chávez y Maduro, son los número 1 en la materia. No hay elección que no hayan mangado. Y cuando vienen mal dadas entre mandato y mandato, se inventan magnicidios y sanseacabó. Lo de las balas por carta es gravísimo. Claro que lo es. Y condenabilísimo, si es que existe el palabro. Pero no es menos cierto que nuestros escoltadísimos políticos reciben misivas advirtiéndoles de que los van a asesinar cada semana. Por eso, se me antoja vomitivo en términos democráticos intentar resucitar una campaña que tienen perdida, y por goleada, echando mano de un victimismo más falso que Judas y con una amenaza fascista que sólo existe en sus calenturientas mentes. Madrid no es la Italia de Mussolini sino un edén de libertad, prosperidad y respeto mutuo. Lo de las amenazas les reventó a estos mangantes entre las manos el lunes cuando, tras difundir a los cuatro vientos el «terrorismo» y el «fascismo» ejercido sobre Reyes Maroto «por culpa de Vox», se encontraron a las pocas horas con que el autor del envío de la navaja a la ministra de Industria es una persona que sufre esquizofrenia. Un enfermo que, para colmo, se identificó en el remite y que se justificó ante la Policía asegurando que es «agente secreto», vamos, todo un 007. Ayer nos enteramos en Okdiario que es votante de ¡¡¡Podemos!!! El ridículo ha sido tan brutal que ya han vuelto a hablar de lo que verdaderamente importa: economía, infraestructuras, educación, salud, covid… Pero no cejan. Ahora son esas extrañas maniobras orquestales en la oscuridad de Correos. Cientos de madrileños han ido a hacer gestiones normales en el ente público y, cuando el funcionario les ha entregado el preceptivo ticket, se les han puesto los pelos como escarpias al comprobar que ¡¡¡habían votado por correo!!! cuando lo piensan hacer presencialmente el martes. Qué chuscos son y qué asco moral dan. Esta vez les hemos pillado con el carrito del helao. Pero cuidadín porque hasta el rabo del martes todo es toro. Tres días es tiempo de sobra para montar otro 14-M.
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