Armas

De arma de fuego belga a acero en tres días

Aceptamos mansamente la obsolescencia programada de electrodomésticos y otros productos. Con nuestro estilo de vida a la carrera somos prácticamente incapaces de arreglar los artículos que se rompen. Dicen que incluso ha traspasado las fronteras de lo material. Así, al menor problema en una relación, la solución es volver a abrirse la aplicación Tinder y encontrar otra pareja. Conlleva un esfuerzo mucho menor. Sorprende con qué dedicación y tiempo recompone Frances McDormand, Fern en la oscarizada película Nomadland, los pedazos del plato que le regaló su padre. ¿Te molestarías en pegar los trozos de una vieja vajilla que se ha caído?

Dar una segunda oportunidad a los artículos y a las personas que nos rodean haría de este mundo un lugar con menos vertederos y corazones rotos. Porque tanto el reciclaje como la transformación son opciones viables. En el caso de las relaciones, un viaje a tiempo, empeño y aceptación de algunos defectos, serían la solución. En Bélgica acaban de dar ejemplo de cómo pasar a mejor vida a algunos artículos peligrosos. Esta semana han derretido más de 22.000 armas de fuego para convertirlas en acero reciclado. Una operación que ha contado con la colaboración de la Policía secreta belga, pues era demasiado arriesgado que el botín cayera en las manos equivocadas antes de entregarlas al gigante siderúrgico ArcelorMittal. Este gran arsenal ha sido recolectado durante los últimos seis meses. De acuerdo con la regidora de la provincia de Flandes Oriental, estas armas estaban defectuosas y las entregaron sus propietarios. También eran escopetas y pistolas antiguas que pertenecían a la Policía o se trataba de incautaciones realizadas por parte de las Fuerzas de Seguridad belgas. «El resultado ha sido impresionante: 22.457 armas de fuego han desaparecido de nuestra sociedad», ha explicado Carina van Cauter. «Obviamente, es positivo para la seguridad de nuestros ciudadanos que estas armas ya no se utilicen», recalcó la política. Una vez en la fábrica de ArcelorMittal pasaron tres días hasta que todas estuvieron derretidas. Asimismo, estuvieron custodiadas por las fuerzas policiales belgas hasta que la última pistola entró en el horno. Finalmente, se han convertido en 60 toneladas de acero. «El acero es infinitamente reciclable, sin pérdida de calidad. Para nosotros, el acero es la piedra angular de una economía circular sostenible», aseveró al «Het Nieuwsblad» Karen Warnier, portavoz de ArcelorMittal.

Tras el éxito de la operación, la Policía ha vuelto a hacer un llamamiento para que los propietarios de armas de fuego que no son cazadores activos o tiradores deportivos entreguen sus armas. No todo debe acabar en la basura, por mucho que duela.