Pablo Casado
El cartel de la derecha
Desde fuera se atiza el falso conflicto interno. Sólo hace falta observar los círculos mediáticos más cercanos a la izquierda y los navajazos de los activistas de Vox en los medios y redes sociales
Los congresos regionales están consolidando al Partido Popular como alternativa de Gobierno y reafirmando el liderazgo de Pablo Casado dentro del partido, a pesar de los ridículos enredos madrileños. Cada día que pasa se ve más claro. Es el único cartel capaz de sacar de La Moncloa a Pedro Sánchez. Lo demás es ruido mediático promovido por los interesados de fuera y los resentidos de dentro. La ignominiosa campaña tiene fecha de caducidad: las elecciones autonómicas y municipales, que marcarán el cambio político en España. Seguramente ese cambio de rumbo empezará esta vez por Andalucía.
Aparte de los correveidiles de dentro, resentidos o frívolos, que han colaborado a crear la estúpida crisis madrileña, con la ayuda de inoportunas salidas de tono como el de la defenestrada Cayetana Álvarez de Toledo –¡tan inteligente, tan brillante…!–, uno de los elementos que está contribuyendo al embrollo es el convencimiento de un sector más o menos nutrido de la derecha –parte del PP, parte de Vox– convencido de que Isabel Díaz Ayuso sería mejor candidata que Casado para vencer a Sánchez y para aglutinar a todas las fuerzas conservadoras. Los entusiastas de Ayuso creen que esta mujer, tan popular, aclamada en todas partes, arrasaría en las urnas. Puede que también lo crean algunos de los que están cerca de ella y actúan en consecuencia, envenenando el ambiente y provocando el cabreo en la sede de la calle Génova. La propia interesada ha desmentido, muy juiciosamente, esta prematura ambición. Bastante tiene con volver a ganar en la Comunidad de Madrid. Después, Dios dirá.
Pero es desde fuera desde donde se atiza el falso conflicto interno. Sólo hace falta observar los círculos mediáticos más cercanos a la izquierda y los navajazos de los activistas de Vox en los medios y redes sociales. Tanto unos como otros, trabajando al alimón, se esfuerzan de día y de noche en desacreditar a Pablo Casado. Los de la izquierda para intentar cortarle el paso a La Moncloa, un paso cada vez más firme y decidido, y sostener así, a la desesperada, a Pedro Sánchez, y los de Vox para ganar terreno al PP y por inquina. En este último caso, se nota un especial encono contra el dirigente popular, al que se caricaturiza, se ridiculiza y denigra sin venir a cuento. Basta asomarse a las redes sociales y a alguna emisora. Aquí hay resentimiento a espuertas. Abascal y los suyos no le han perdonado aquel «¡no queremos ser como ustedes!» de la fracasada moción de censura de octubre del año pasado. Eso es todo.
✕
Accede a tu cuenta para comentar