Opinión

España, estabilidad y buen gobierno

Madrid es la punta de lanza, pero no hay que olvidarse de otros gobiernos que están haciendo una gran gestión; Es el caso de Andalucía con Juanma Moreno

Alex Cortés

Edmunt Burke, filósofo que es estudiado y admirado por un buen amigo que sabe mucho de política, decía que toda clase de gobiernos - y, en realidad, cualquier provecho y satisfacción, cualquier virtud y acción prudente - está basada sobre compromisos y pactos.

En España las mayorías absolutas, con alguna excepción, dejaron de ser una realidad hace ya varios años y los partidos no tienen más remedio que ponerse de acuerdo, limar asperezas y sacar adelante un programa que tenga como finalidad mejorar la vida y la perspectiva económica de nuestros ciudadanos.

El auge económico y social exponencial en Madrid, que te lo reconocen hasta los independentistas que ven con añoranza esa Barcelona pujante de 1992 y desarticulada por completo por CiU, Colau y compañía, se ha basado en tener un programa de gobierno sólido, claro y cumplirlo.

El éxito de Madrid y de su presidenta, Isabel Díaz Ayuso ha sido proponer a los madrileños un programa amplio de gobierno y transversal, pactando unos presupuestos donde todos se sienten identificados y basado especialmente en que el dinero del contribuyente en la medida de lo posible esté en su bolsillo y no en manos de un burócrata. La presidenta sabe anteponerse a todas las dificultades, lo ha hecho y lo hará. Ha contado siempre con todos y especialmente con los mejores.

Madrid es la punta de lanza, pero no hay que olvidarse de otros gobiernos que están haciendo una gran gestión; es el caso de Andalucía con Juanma Moreno, que auguran las encuestas una amplia victoria y que ha gestionado durante estos años con gran sentido común, una cosa que parece que se le ha olvidado a la izquierda.

Murcia, Galicia y Castilla y León son otros ejemplos conocidos de estabilidad y buen gobierno.

Ahora falta dotar de esa estabilidad y de ese buen gobierno a España. El gobierno de Sánchez está próximo a su ocaso y deja una oportunidad a Pablo Casado, líder de la oposición, de plantear un programa de gobierno amplio, ambicioso, que defienda convicciones, que no sea cortoplacista y que replique en nuestra nación el ejemplo de los gobiernos de Andalucía o Madrid.

Es ese gobierno el que todos necesitamos y que merecemos para volver a estar entre los grandes países del mundo; No queremos volver abochornarnos de ver a nuestro presidente haciéndose la foto de la vergüenza del pasillo con Biden.

Los españoles esperamos grandes cosas de nuestro país y de nuestros gobernantes. Como decía Ortega y Gasset, sólo es posible avanzar cuando se mira lejos.