Política

Agentes sociales... ¡Que paren máquinas!

Yolanda Diaz no tiene detrás un partido… pero sí unos bien alimentados sindicatos

Siendo sincero no me arriesgaría en estas horas previas a vaticinar los apoyos exactos con los que hoy jueves acabará contando el gobierno para sacar adelante una “reforma de la reforma” laboral que lleva funcionando ocho años con resultados contrastadamente positivos y que hoy se plantea en el Congreso de los Diputados como mera “reformilla”, eso sí, con la nada menor carga política que le supone el convertirse en el todo o nada en la proyección de la vicepresidenta Yolanda Díaz de cara a liderar esa plataforma que trata de ahormar a la izquierda del PSOE, por supuesto con permiso de Belarras, Monteros y compañía, ya saben, esos y esas que, como me apuntaba esta semana una destacada figura de la parte socialista en el gobierno, pueden acabar “matándola” igual que -salvando distancias- le ocurrió a Manuel Carmena.

Lo cierto es que la nueva normativa laboral llega consensuada por los agentes sociales…sí sí, los “agentes sociales” -que paren máquinas-, esos que añaden una supuesta vitola de intocabilidad a la reforma, en vías de pasar el corte de un Parlamento que representa a la totalidad de los ciudadanos españoles cuya voluntad se expresa sencillamente por la vía de las urnas. Tal vez por ello resulte más llamativo el trágala que, desde dentro y también desde fuera del gobierno, pretende imponerse a los grupos políticos, que al fin y al cabo y hasta nueva orden son quienes aprueban, rechazan o convalidan leyes o decretos por poco o muy avalados que estén desde las direcciones de los dos sindicato -llamaré de “referencia”- y por la gran patronal con la nariz tapada.

La opinión en forma de apoyo a la normativa laboral semi tuneada a cargo de las organizaciones lideradas por Álvarez, Sordo y Garamendi es fundamental -de eso no cabe duda-, pero de ahí a pretender vender la especie de que no apoyar la reforma es contravenir un gran consenso social va un trecho que, ya puestos, desemboca directamente en el cuestionamiento de la negociación parlamentaria en beneficio de otras negociaciones en las que, por cierto, no estaban todos los que son. Los prolegómenos de la votación de hoy vienen a mostrar la doble evidencia de que el PP seguirá teniendo muy difícil ejercer la labor de oposición -incluso equivocándose legítimamente y pagando sus posibles errores- salvo que entre por el aro del “patriotismo” incluso cuando pasen las elecciones de Castilla y León que para algunos tanto le condicionan y de otro lado, que Yolanda Díaz no tiene detrás un partido… pero sí unos bien alimentados sindicatos.