Reforma laboral
Los señalados de la alineación
El decreto de marras se ha convalidado «de aquella manera», pero el poso de los próximos días ni será breve, ni será indoloro
Cuando un equipo juega mal su partido de fútbol suele hablarse de jugadores señalados en referencia a los que, tras saltar al terreno de juego con la confianza del entrenador, no han estado a la altura propiciando una derrota e incluso una victoria pírrica de esas que crean no pocas dudas de cara al futuro. La situación viene a corresponderse en gran medida con la manera con que el Gobierno ha sacado adelante la «reformilla» laboral, en un pleno del Congreso que, ya forma parte de las páginas más surrealistas de nuestra historia parlamentaria. El ligero tuneado del marco laboral ha dejado señalados dentro del Gobierno, empezando por la vicepresidenta Yolanda Díaz como responsable de trabajo y con todas las fichas apostadas al número único de esta reforma, pero también pasando por el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, encargado de unas negociaciones con los grupos ajenos al «Frankenstein» cuyo resultado pudo desembocar en un verdadero y auténtico fiasco de no mediar el torpe dedo del diputado popular Alberto Casero, auténtica «prima donna» de los «memes» de la semana.
De no haberse producido ese accidente de torpeza tecnológica -somos mayores pero no idiotas que dirían los octogenarios a sus bancos- en los próximos días tal vez de lo que estaríamos hablado es de un ministro del núcleo duro monclovita tocado y sobre todo de una vicepresidenta con los días contados en su proyecto político y tal vez en el propio gobierno. Pero es sobre todo Yolanda Díaz la gran abandonada, primero, por el propio presidente que no ha dudado en enfundarse el uniforme de socialdemócrata abierto al giro hacia la moderación en busca del voto del tan denostado centro derecha, en segundo lugar, por una Esquerra republicana de Cataluña que no estaba dispuesta a pagar peajes por la condición de mamporreros a mayor gloria de la proyección personal de la vicepresidenta cuyo proyecto en Cataluña es el de los comunes de Colau con quienes va a disputarse a la vuelta de la esquina en los comicios municipales, una encarnizada batalla por el control de no pocos ayuntamientos y en tercer lugar, abandonada por el propio entorno de Podemos con detalles tan significativos como la presentación ante la prensa por parte de Belarra y Montero del permiso retribuido al cuidado de familiares justo la misma mañana en la que Díaz se la jugaba defendiendo su reforma laboral en el Parlamento. El decreto de marras se ha convalidado «de aquella manera», pero el poso de los próximos días ni será breve, ni será indoloro. Y Europa mirando.
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