Ensanchar para ganar

Sir Winston Churchill decía que un político se vuelve estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones. Y a nadie se le escapa que este próximo domingo los castellanos y leoneses tienen una cita con las urnas. Estas próximas elecciones serán importantes para el futuro de Castilla y León y sobre todo por el eco político que pueda alcanzar al resto de España en los próximos meses.

El gran reto que tiene la actual generación de líderes en España es no mirar a las próximas elecciones, sino mirar a las próximas generaciones. En estos momentos, si se quiere ganar y consolidar una gran mayoría es esencial ensanchar todos los espacios donde hayan personas que de una forma o de otra se sientan representadas por un proyecto político. Y para ensanchar se tiene que contar con los mejores, sin excepciones.

Atraer talento de la sociedad civil, tener cuadros preparados en el partido, generar debate y reflexión sobre los grandes temas que nos afectan, en definitiva, tener un criterio nítido de proyecto y de país que sea creíble y sobre todo, atractivo al ciudadano.

El Partido Popular tiene muchas opciones de poder gobernar en Castilla y León, frente una amalgama de partidos políticos que su único proyecto es sacar del gobierno Alfonso Fernández-Mañueco, no les mueve otro proyecto que el revanchismo por haber gobernado el Partido Popular durante los últimos años y haber transformado Castilla y León en una región próspera, donde los castellanos y leoneses simplemente se sienten españoles, no necesitan ser otra cosa ni quieren ser otra cosa, está en su ADN.

Los regionalismos son de sobras conocidos, se alimentan de demagogias, traen división y solo los comparten aquellos que tienen una triste y torpe visión egoísta de su tierra que por cierto, ha sido la que ha parido el mayor legado que podríamos tener que es España. Y los jóvenes tenemos un papel activo muy importante en el ensanche de todos aquellos espacios y debemos ser muy conscientes de aquellos retos a los que nuestra generación está llamada a liderar. Y por eso es esencial contar con liderazgos jóvenes sólidos, que sean los mejores, los más preparados y dispuestos a no renunciar a dar la batalla por su futuro y por aquello en lo que creen.