Guerra en Ucrania

Una visita muy oportuna

«La inmensa mayoría de la población apoya que ayudemos a Ucrania, aunque tenga un importante coste económico»

En esta ocasión no se puede criticar a Sánchez por su acertado viaje a Ucrania. Me ha parecido siempre un error cuando se afirma categóricamente que alguien lo hace todo mal. Es un exceso dialéctico propio del frentismo que se vive en la política española desde hace algún tiempo. Creo que hace cosas mal, unas por propia iniciativa y otras como consecuencia de su dependencia de sus lamentables socios, pero en otras acierta como en este desplazamiento, acompañado de la primera ministra de Dinamarca, para apoyar al pueblo ucraniano. Hacía tiempo que España no participaba activamente en una guerra, porque en este caso no somos neutrales sino que estamos suministrando armas a uno de los contendientes. Estados Unidos, la UE y la OTAN forman parte del conflicto, algo lógico por la brutal agresión rusa, aunque sin enviar tropas sobre el terreno. Los ucranianos reciben miles de millones de dólares en material bélico, así como asesores militares que se encargan de preparar a su ejército para utilizar el armamento más sofisticado. Es cierto que no se hace en el territorio del país invadido, pero no importa porque se trata solamente de una estrategia para guardar las formas.

La realidad es que Putin considera que esos países son sus enemigos. Es bueno recordar que el sentimiento contrario a Occidente está muy extendido entre los amigos del autócrata ruso. Con una cierta ingenuidad o desinformación se ha hablado de su soledad cuando realmente cuenta, desafortunadamente, con la simpatía de más países de los que parece porque incluso la neutralidad es una victoria rusa. Estamos ante la renovación del conflicto de la Guerra Fría y siento escribir que el rechazo al eurocentrismo sigue siendo enorme. En el caso de Estados Unidos va unido a la condición de superpotencia. El bloque afín a Putin reúne a una parte muy importante de la población mundial. Sánchez ha transmitido a Zelenski el apoyo español y aprovechó para anunciarle el envío de 200 toneladas de equipo militar en el buque español «Ysabel». No hay duda de que la inmensa mayoría de la población apoya que ayudemos a Ucrania, aunque tenga un importante coste económico. Es curioso que al final serán las empresas armamentistas, especialmente estadounidenses, las que ganen miles de millones de esta terrible guerra.