Casa Real
La conclusión de un viaje
«Don Juan Carlos fue un gran rey, a pesar de sus desaciertos, y ahora le toca servir a la Corona sin importar cuáles son sus deseos»
Ha finalizado la breve visita de Don Juan Carlos a España. Había dos aspectos fundamentales. Uno era comprobar cómo era recibido tras dos años en Abu Dabi y una vez que han finalizado satisfactoriamente las investigaciones de las fiscalías suiza y española. Las críticas se han circunscrito, como era previsible, a los ataques de los comunistas, antisistema, independentistas y populistas varios. Algún ministro ha dicho que tenía que dar explicaciones y disculparse, pero lo hacen sin demasiado fervor. Es solo de cara a la galería. Sánchez está implicado en la defensa de la Institución. Hemos visto cómo algún presidente autonómico que le hacía la pelota ahora lo critica sin ningún rubor. No hay que sorprenderse. Es algo que va en la condición humana. En la política hay muchos desagradecidos. Durante este tiempo de acoso y derribo, he visto cómo políticos y periodistas pasaban del halago a la crítica con enorme velocidad. Por supuesto, entre los columnistas y comunicadores ha habido de todo. Hay críticas sin fundamento que causan sorpresa. Se han dicho auténticos disparates y se le ha asignado fortunas que parecen más propias del tío Gilito que de la realidad.
Ha pagado por los errores que cometió. El problema es que su entorno y algunos amigotes no han ayudado a que la situación evolucionara de forma satisfactoria para la Corona, que es lo único importante por el bien de España. Son tiempos muy convulsos y el objetivo final de los ataques nunca ha sido el padre, sino que es el hijo. Los enemigos de España necesitan acabar con la Monarquía para emprender un proceso constituyente, como sucedió con la caída de Alfonso XIII, que permita la llegada de la Tercera República y una constitución sectaria y radical como fue la impuesta entonces por la izquierda. Por ello, la otra cuestión importante era la reunión con Felipe VI, que es el jefe del Estado y de la familia. El padre se debe al hijo al igual que hizo en su día don Juan cuando renunció a sus derechos. Don Juan Carlos fue un gran rey, a pesar de sus desaciertos, y ahora le toca servir a la Corona sin importar cuáles son sus deseos e ignorando a aquellos amigos que no le hacen ningún bien con sus consejos y opiniones.
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