El cuaderno

Sánchez, año IV

Así es cómo Feijoo parece el doctor Mengele y Arnaldo Otegi, el próximo premio Nobel de la paz

Notas del uno de junio de 2022, año IV del Gobierno de Pedro Sánchez, cuarto aniversario de la moción de censura que dio lugar a este periodo histórico de belleza y de guapura y del tumbao que tienen los guapos al caminar que hemos acertado en denominar el sanchismo.

Iván Redondo le susurró a Sánchez: “Puedes ser el amo del mundo”, y ahí lo tienen. “Por ti me tiraría por un barranco”, le dijo después y cuando cayó al vacío hizo un ruido horroroso. Ahora, los barrancos del sanchismo están hasta arriba de gente.

Ahora, el hechicero de Sánchez es Félix Bolaños ministro de la Presidencia . Hoy ha dicho en lo de Alsina que en Cataluña no hay ningún problema con la enseñanza del español y que el problema son los partidos que utilizan la cuestión del catalán que no son los independentistas.

Estos ministros sanchistas tan juiciosos al principio que parecen el yerno perfecto, resultan así un poco sosetes, gente ordenada, juiciosa y hasta cierto punto aburrida, pero después son los que más juego dan. Dice FB que la actuación del Gobierno en 2017 en Cataluña fue brutal y estéril. El ministro lo hace todo con la mejor de las intenciones. Lo que pasa es que cuando sacó a Franco de Cuelgamuros se le metió el espíritu de la momia de Francamón -maldijo a Ciudadanos, al PP, a UPN y al CNI- y ahora habla lenguas muertas, da vueltas a la cabeza y maldice la actuación de España en el procés. Parece que se ha comido a Oriol Junqueras. Veremos lo de la inmersión lingüística cómo termina.

A Bolaños hay que limpiarle los chakras y quemarle una ramita de romero en el despacho -así entre nosotros, no le quitan el bajío ni un autobús de chamanes del progresismo yolandista-. Dice que el Gobierno busca el apoyo a sus leyes hasta debajo de las piedras.

¿Quién dijo que no se podía gobernar con el populismo radical de izquierdas, los independentistas y Bildu, eh? El sanchismo cruza cualquier línea roja con tal de mantenerse en el Gobierno porque entiende que el bien superior es el propio sanchismo. Se viene dando una peligrosa asimilación entre el país y el líder según la cual, el que está a favor de Sánchez es bueno y está a favor de España, y el que está en su contra, está en contra de España. Así Feijoo parece el doctor Mengele y Arnaldo Otegi, premio Nobel de la paz. Sánchez ha demostrado que llevará a cabo cualquier maniobra para sobrevivir; eso mismo nos estamos temiendo.