El cambio en Andalucía

Las encuestas muestran un giro histórico en Andalucía con una clara y contundente victoria del PP, así como un hundimiento de la izquierda. Este cambio es muy trascendente, porque es el certificado de defunción del tradicional granero de votos del PSOE. La buena gestión de Juanma Moreno y su gobierno ha conseguido revertir la situación. Desde la Transición, la aportación andaluza resultaba decisiva para el socialismo español. Los gobiernos autonómicos eran con mayoría absoluta o en coalición con IU. El centro derecha parecía condenado a estar en la oposición. Es cierto que Arenas, la eterna «joven promesa» desde los tiempos de la extinta UCD, consiguió superar al PSOE, pero la izquierda sumó más escaños. En un sistema parlamentario, la victoria es realmente para quien consigue gobernar. Es muy interesante que Moreno logre pasar de los 26 escaños de hace cuatro años a los 45/47 de la encuesta que publicamos hoy. Este dato muestra que la buena gestión y el talante moderado tiene una recompensa en las urnas. Por otra parte, la sociedad andaluza ha dado la espalda a la izquierda a pesar de la insufrible arrogancia de las lideresas podemitas y su plúmbeo telepredicador que perseveran en sus fracasos.

Es cierto que los populares hacen bien adoptando una actitud prudente ante los datos que ofrecen las encuestas. Nada sería más letal que una desmovilización provocada por la euforia. La climatología podría ser desincentivadora, porque los votantes podrían pensar que la victoria es clara y se pueden quedar en casa. La gestión de Moreno ha mostrado que Andalucía no tiene por qué resignarse al papel al que la habían situado las desastrosas políticas del PSOE basadas en la subvención, la ineficacia y la corrupción. Es una autonomía que tiene todas las capacidades para convertirse en uno de los motores más importantes de la economía española. Comporta recuperar el papel que tuvo durante siglos. La Historia nos demuestra que esa tierra rica y generosa, con un pueblo trabajador e imaginativo, solo necesita contar con un gobierno que sea capaz de impulsar todas sus capacidades como ha sucedido gracias a la coalición entre el PP y Ciudadanos. El resultado tendrá, además, un notable impacto en la política nacional, ya que es la antesala de la derrota final de la izquierda en las generales.