Opinión

Fátima y Rusia... más concordancias

Ya ha habido ocasión de comentar en diversos Trípodes, la reiterada sucesión de llamativas coincidencias cronológicas entre los hechos ocurridos durante las manifestaciones de Fátima en 1917 y los sucesos relevantes para la Historia Universal acaecidos durante la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría.

Hay que comenzar señalando que 1917 no fue un año más en la más que milenaria Historia de la humanidad, pues en él se produjo en Rusia el derrocamiento de la secular dinastía de los Romanov y el triunfo posterior de la Revolución bolchevique. Estos hechos significaron para Occidente un cambio de rasante similar a lo que en su día fue la Revolución Francesa. «Casualmente», el brazo de Dios, como «Señor de la Historia», se hará presente en ambas trascendentales coyunturas para ayudar a su criatura predilecta, el hombre, creado a Su imagen y a Su semejanza como «varón y mujer». Así, se manifestó para pedir sendas consagraciones: la del Rey de Francia entonces Luis XIV, al Sagrado Corazón de Jesús el 17 de junio de 1689, y después la consagración de Rusia por medio del Papa al Corazón Inmaculado de María en 1929.

En ambas ocasiones y como siempre, el Cielo respetó la libertad del hombre, Rey y Papa en este caso, y sucedió lo conocido. Pero desde el «no tiempo» de la eternidad, el Señor sabía que la Segunda Guerra Mundial coincidiría con un desarrollo científico tal que permitiría al hombre disponer de un arma capaz de exterminar a gran parte de la humanidad, y parecería que lo quiso prevenir. Las dos máquinas de guerra más importantes de Hitler –el VI Cuerpo de Ejército al mando de Von Paulus, y el Afrika Korps capitaneada por Rommel– avanzaban invictos en los campos de batalla de la URSS y del norte de África, camino de conquistar los yacimientos petrolíferos del Cáucaso y del Golfo Pérsico, respectivamente.

Su providencia preparó a Eugenio Pacelli, futuro Pío XII, para hacer coincidir la fecha de su ordenación episcopal con la misma mañana del 13 de mayo de 1917. De esta forma, en el 25º aniversario de dicha ordenación, en 1942, consagró el mundo al Inmaculado Corazón de María. Dos años antes, sor Lucía supo que esa consagración serviría «para acortar la guerra», como así ocurrió: tras esta consagración, el 2 de febrero capitulaba Von Paulus; y le siguió el Afrika Korps derrotado y disuelto también poco después. «Casualmente» era el 13 de mayo de 1943. La guerra se acortó, y la suerte de Hitler estaba echada