Pedro Sánchez

La campaña más larga

El desgaste normal del ejercicio del poder, los años de pandemia, las dificultades para el pago de la luz y la subida de precios de los productos de primera necesidad, han ido generando un descontento

Sánchez y Feijóo han empezado una de las campañas electorales más largas que se recuerden de cara a un año sembrado de elecciones. La fecha la decide el líder socialista y ha decidido que se midan primero los candidatos autonómicos y municipales.

En principio no pintan bien las cosas para el PSOE que ha perdido cerca de un millón de votos, frente a la recuperación de parte de los abstencionistas conservadores y del voto de Ciudadanos por el PP que, además, ha frenado en seco a Vox, sumando en total dos millones de nuevos votantes.

Si el PP ganase las municipales con claridad, a Feijóo solo le quedaría un paseo para llegar a la presidencia, pero en Moncloa confían en la dificultad que tiene proclamar un vencedor en los comicios locales.

En efecto, los pactos posteriores darán las alcaldías según los pactos y eso no significa haber ganado en las urnas. Además, las grandes ciudades son simbólicas y quién consiga poner alcalde en las plazas más significativas, se llevará la palma.

Por otra parte, los antiguos asesores y alguno de los nuevos de Sánchez le aseguran en sus cuchicheos al oído que el tirón de los candidatos podrá corregir la tendencia a la baja que experimenta la marca.

Sin embargo, el efecto es al revés. Siendo una realidad que los votantes diferencian cada vez más el voto según a la institución que se elige, no es menos cierto que cuando las siglas están deterioradas, caen los apoyos en todos los procesos electorales y, es probable, que se dé un voto de castigo a Sánchez en la papeleta municipal.

Ello es consecuencia del modelo personalista que ha practicado el líder socialista que ha conseguido identificar la marca con su propia persona, anulando la proyección pública de otros liderazgos.

Por otra parte, el desgaste normal del ejercicio del poder, los años de pandemia, las dificultades para el pago de la luz y la subida de precios de los productos de primera necesidad, han ido generando un descontento silencioso contra todos los gobernantes en general, que puede encontrar su momento para pronunciarse en los comicios del 2023.

Un último factor va a ser determinante. El PSOE se ha convertido el aliado de la izquierda más radical y ya no representa el freno a la extrema derecha, papel que ha empezado a representar Feijóo, haciendo del PP la cesta del voto útil frente a Vox.