Opinión
«Eso no se hace, señor Sánchez»
Un buen amigo me sugirió el título de este Trípode al comentar la escena protagonizada por Sánchez en los jardines del Palacio de La Moncloa, utilizando el edificio en el que se reúne el Gobierno constituido en Consejo de Ministros, para un acto de campaña electoral del PSOE cual si fuera la sede de Ferraz. Solo le faltaba al escenario que el fondo hubiese estado cubierto con una sábana roja con el logotipo de «su» partido y el eslogan «Pisando la calle».
Sánchez había anunciado su voluntad de «pisar la calle» a la vuelta de las vacaciones estivales en una política de cercanía con la gente, para así recuperar la confianza perdida, según recogen hasta las encuestas de su periódico oficial y global, además del CisTezanos. El debut fue en Sevilla este fin de semana, y los titulares de todos los demás medios destacaron, con mayor o menor relieve, los silbidos y abucheos que le profirieron, que según su partido procedían de infiltrados de los «poderosos» y de la extrema derecha convocados para la ocasión.
Ante ello, lo que ha hecho el presidente del Gobierno es llevar literalmente «la calle» a La Moncloa. Con aquel atrezo, los «actores» fueron debidamente seleccionados para que esa representación escénica transmitiera la imagen de cercanía que su persona quería conseguir, eligiendo a un grupo de cincuenta ciudadanos que fuera una muestra que reflejara sociológicamente la realidad de esa «calle» que Sánchez afirma representar, frente a esos «poderes y poderosos ocultos» que conspiran contra él.
La preselección no terminó ahí, ya que las preguntas fueron debidamente elegidas entre los 50 «anónimos» callejeros ciudadanos, tan escogidos «al azar» que había entre ellos reincidentes y cargos y militantes socialistas, como la exteniente alcalde de Rubí, por ejemplo. Algo tan habitual para Patxi López, flamante portavoz socialista en el Congreso, que lo justificó diciendo que es «normal sociológicamente que suceda eso». Tan casual y normal también, sin duda, como que ayer martes el Consejo de Ministros diera ya respuesta a una de las preguntas que le formuló el lunes una de las «anónimas» ciudadanas interesándose por las trabajadoras del hogar.
Brillaron por su ausencia otras preocupaciones de la mayor parte de la gente de la calle, como el precio de la energía, o la inflación y su repercusión en el coste de la vida, frente a cuestiones relativas a la ideología de género, que interesa mucho a sus ideólogos y poco al común de los españoles callejeros. «Eso no se hace, señor Sánchez», como nos decían de pequeños cuando tenían que reprendernos.
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