Ucrania

Ucrania y la Tercera Guerra Mundial

Cuando vamos camino de los siete meses de guerra en Ucrania desde su comienzo el 24 de febrero pasado como una «operación militar limitada», comienza a convertirse en algo desconocido hasta la fecha en la Historia contemporánea que, por desgracia, no es escasa en conflictos bélicos. Son innumerables las modalidades de guerras conocidas, desde guerras mundiales como las dos del siglo pasado, con la Segunda que finalizó con el lanzamiento de las primeras –y hasta ahora únicas– bombas atómicas sobre la población civil en las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki. Siguieron muchas otras, más limitadas en su extensión geográfica, como las de Corea y Vietnam, pero también de grandes daños humanos y materiales; o las muy limitadas en su duración temporal pero también de grandes consecuencias políticas, como la conocida como la «Guerra de los Seis Días», que enfrentó a Israel con todos sus estados árabes vecinos liderados por Egipto que quería «expulsar a los judíos al mar». Eso por limitarnos al último siglo, que nos permite tener imágenes que acreditan el rigor de los combates y sus trágicos efectos sobre la población y el territorio. Precisamente, el arma nuclear cerró una etapa de la historia bélica para dar a luz a la conocida como de la «Guerra Fría», así denominada por contraposición a la «caliente», que sería un conflicto frontal y abierto entre las dos superpotencias que, con esa devastadora arma en su poder, aseguraban la disuasión por la denominada DMA, «Destrucción mutua asegurada». Fueron 40 años hasta que la caída del Muro de Berlín abrió una nueva etapa de la Historia mundial, con los EEUU como fuerza hegemónica liderando el mundo, que llevó a creer a algunos ilusos que las guerras habían terminado, excepto aquellas muy locales y limitadas.

La emergencia de China como superpotencia ha cambiado la geopolítica mundial surgida de la implosión de la URSS en 1991, que debe adaptarse a esa nueva realidad para volver a ser la de un mundo bipolar, o más aún, multipolar. Rusia y China ya son socios inseparables desde este febrero y apuestan por la multipolaridad, a la que se opone EEUU, que no quiere perder su posición hegemónica. Ucrania es un importante capítulo de esa Tercera Guerra Mundial que dirimen ambos bandos, con Taiwán a la espera. La población ucraniana es la carne de cañón y Zelensky la marioneta a las órdenes del «Deep state». A su vez son los europeos de la UE los convidados de piedra, también víctimas y «paganos» de la guerra, ante el aplauso entusiasta de Bruselas y de la mayoría de dirigentes del continente. Así estamos.