Italia

El milagro de Morrone

Prófugo, se había escondido en un pequeño pueblo francés fronterizo e iba a trabajar cada día a un bar en Carouge, un municipio cerca de Ginebra

Llevaba años en la lista de los narcos más buscados en Italia. Valerio Morrone era el cerebro de una importante red de tráfico de estupefacientes en Italia. Desde Colombia, introducía cocaína a través de España. También de Afganistán y Pakistán pasaba heroína por la ruta de los Balcanes. Le condenaron a 17 años de cárcel en 2015 por asociación al tráfico internacional de drogas, corrupción, conspiración para cometer fraude, robo y evasión. Asimismo, está acusado de matar a tiros a una prostituta nigeriana.

Prófugo, se había escondido en un pequeño pueblo francés fronterizo e iba a trabajar cada día a un bar en Carouge, un municipio cerca de Ginebra.

Por fin, en 2017, a sus 39 años, el capo fue capturado tras una operación internacional que duró más de dos años y contó con la colaboración de las policías de Francia y Suiza. Ya detenido, Morrone entró en la cárcel de Marassi, en Génova. Al poco tiempo de su ingreso, comenzaron los achaques. Morrone perdía visión y también movilidad. En la prisión le hacían pruebas constantemente que concluían que a sus 40 años tuviera que ir en silla de ruedas y acompañado siempre de otro preso que le hiciera las veces de lazarillo debido a su ceguera. Ante el deterioro del italiano, las autoridades concedieron a Morrone el arresto domiciliario. Sus condiciones de salud eran pésimas y a pesar de que aún le quedaban años de condena la Justicia italiana fue laxa.

Sin embargo, Morrone ha sido ahora protagonista de un fenómeno asombroso. En Livorno, donde reside su hija, el capo entró en un restaurante por su propio pie. Caminando, sin ayuda siquiera de unas muletas o un bastón. Después, se sentó en la mesa y cogió el menú. Tras revisar la carta, pidió su comida y su bebida a la camarera. Morrone ya no era ni inválido ni ciego.

El problema es que, casualidades de la vida, en el comedor se encontraba un funcionario de prisiones cenando, quien reconoció al preso. Acto seguido lo denunció y esta semana se ha producido una audiencia en Florencia en la que se mostró el vídeo de las cámaras de seguridad del restaurante con el milagro de Morrone.